"Tener la ocasión de celebrar una jura de bandera con personal civil y en un escenario tan irrepetible como el circo romano es una satisfacción". Con estas palabras describía ayer el General Jefe de la Brigada de Infantería Mecanizada 'Extremadura' XI, Don Francisco José Dacoba Cerviño, el tradicional acto de homenaje a la enseña nacional que se vivió en Mérida, y que no se realizaba desde que se marchó el Ejército con el cierre del antiguo cuartel Hernán Cortés, en el año 1997.

Más de quince años después, 228 civiles de la ciudad y de los alrededores rindieron su particular juramento a la bandera española. Entre ellos había militares en la reserva, civiles que han pasado por el servicio militar y otros que ya nunca lo harán. "Desde siempre me ha hecho mucho ilusión, porque en mi época no pude entrar en el Ejército y es una emoción muy grande", confesaba Joaquina minutos antes de besar la rojigualda.

La jura contó con la presencia de unos 450 militares y la participación de diversas unidades en la formación, como el Grupo de Artillería de Campaña XI y el Grupo Logístico XI, que están muy vinculados a la historia militar de la ciudad. Por su parte, el delegado del Gobierno en Extremadura, Germán López Iglesias, y el alcalde, Pedro Acedo, impusieron las cintas doradas para la corbata conmemorativa a las unidades de la Brigada de Infantería Mecanizada 'Extremadura' XI acreedoras de ellas por sus operaciones en el exterior. Asimismo, se entregaron diplomas a personal militar de Mérida por su labor y esfuerzo para mantener la paz en el mundo.

Antes del desfile final, las autoridades depositaron una corona en memoria de todos aquellos que dieron su vida por España. La bandera sigue izada en el corazón del circo romano.