Tras varios años de caída en el consumo, los hosteleros están sensiblemente contentos. Las cifras han arrojado un resultado positivo y sobre todo esperanzador tras las fiestas navideñas, que han sido un impulso. La tendencia ya se notaba tras el verano y en septiembre se produjo el mayor incremento interanual del año en nuestro país (exceptuando el 6% registrado en abril debido al cambio de celebración de la Semana Santa), un 4,9%, con una media en el año hasta ese mes de un 3,2% respecto al mismo período del año anterior.

Los meses en los que se notó mayor afluencia de consumidores a bares y restaurantes fueron los de verano, diciembre y enero, que con las fiestas y cenas de Navidad pusieron el punto y final más dulce al 2014.

Contrastando estos datos con los recogidos a final del año anterior, la situación parece incluso más alentadora. El sector de la restauración terminó 2013 como el peor año de su historia y de la crisis, con el cierre de unos 10.000 locales en España. Y es que la crisis se ha convertido en un factor que repercute directamente en los hosteleros, pues al no tratarse de un producto o necesidad básica, deja de consumirse o al menos, se consume en menor cantidad. "En Navidad ha habido mucha gente en la calle pero poco dinero en el bolsillo. El euríllo para el café siempre lo hay, es lo que nos está salvando a muchos autónomos. Si no, estaríamos a la cola del paro", asegura miguel Angel Valiente, propietario del bar Arcade, ubicado en pleno corazón de Mérida. Los precios, sostiene el hostelero, no se pueden bajar más porque no existe margen de maniobra, y lo poco que se salva no se arriesga, porque "la gente está apática y puede que lo que se idee no funcione como se haya pensado".

En el otro extremo, el de la positividad, se encuentra Laura Fuentes, de El callejón de la plaza, que para este año 2015 quiere "levantar el tema de las tapas y mejorar la carta". "Si este invierno hemos visto a más gente que el año anterior, este verano habrá un poquito más que con el frío", comenta sonriente.

Tras las navidades, aventuran algunos, el parón se hace notable hasta el mes de marzo debido al mal tiempo. Será entonces cuando suban las temperaturas y el sol llame para salir a la calle en busca de sol y tapas.