Verónica y José Manuel trabajan en Decathlon Mérida desde hace dos meses y estarán en la empresa, en principio, hasta el mes de abril. Lo que hasta aquí puede parecer algo habitual adquiere un sentido diferente si se precisa que son usuarios de la Asociación Síndrome de Down Mérida, y que sufren, respectivamente, síndrome de down y discapacidad intelectual. Tienen 25 y 33 años y han conseguido el sueño de muchos de sus compañeros: un trabajo.

Para ellos, este logro representa más que la situación laboral en sí. Es experiencia y una vivencia más a las espaldas. "Se encuentran felices porque han conseguido algo más de lo que querían conseguir, que es un trabajo, y están orgullosos de poder hacerlo. Además, de cara al resto de personas que les rodean, conseguir un trabajo para ellos no es sólo un trabajo, sino un aporte más en su vida muy significativo". Así lo explica la directora de Down Mérida, María Morales, que recuerda que durante el 2014 pasaron por convenios de prácticas ocho usuarios de la asociación, de los cuales tres se integraron laboralmente. Dos de ellos son Verónica y José Manuel, y el otro es Calixto, de 28 años, que trabaja en la Asamblea de Extremadura.

Dentro de esta gran superficie, Verónica trabaja en la sección de natación y golf, y Antonio forma parte de la de fitness. Ambos cuentan con un referente allí, que es su figura de apoyo natural durante la jornada laboral.

Paralelamente, Down Mérida, a través de sus preparadoras laborales lleva a cabo un seguimiento de desarrollo de tareas con los jóvenes sobre su adaptación al puesto y al equipo de trabajo, de su interrelación social y de las posibles dificultades que puedan ir surgiendo. "Al principio no es fácil para ellos entender otra dinámica de trabajo de la que han tenido aquí durante un tiempo, entonces el hecho de cambiar de contexto, conocer nuevos compañeros, responsabilidades... es un paso más en la madurez personal de ellos y eso les conlleva ciertas dudas, miedos e incertidumbres. Una vez firmado el contrato, se relajan un poco en el momento que nos ven por allí", asegura la directora.

El contrato de trabajo con Decathlon es fruto de la tarea realizada por el Equipo de Formación y Empleo de Down Mérida, que busca empresas que quieran contratar a personas con discapacidad. Una vez localizada, se realiza un cruce de datos y se ofrece candidatos a la compañía, siendo ésta última la que selecciona tras una o varias entrevistas.

Sobre Down Mérida

Down Mérida es una asociación sin ánimo de lucro que nació en enero del 2013, aunque lleva trabajando en el ámbito de la discapacidad y atendiendo a personas con discapacidad y sus familias desde el año 1990. Durante estos años, la asociación ha desempeñado sus funciones dentro del ámbito de actuación de la Asociación Síndrome de Down de Extremadura, formada por sus diferentes sedes comarcales, entre ellas la sede comarcal de Down Mérida, convertida desde enero de 2013, en la Asociación Down Mérida. Actualmente atienden a más de 50 familias con hijos con este síndrome y otras discapacidades.

En total, la entidad cuenta con 107 usuarios, de los que 45 son socios. De esos 45, 20 tienen síndrome de down y el resto sufren discapacidad intelectual con patologías y síndromes diferentes. En el servicio de atención temprana, dedicado a la estimulación integral del pequeño, hay 43 niños, y en el de habilitación funcional, que palia las dificultades que conlleva el desarrollo normalizado de los usuarios, hay 52.

Además de estos servicios, la asociación cuenta con el área de familia, en el que se trabaja el asesoramiento de las familias de cara a las diferentes etapas por las que pasan los hijos con síndrome de down y en las que se intenta acompañar en todas las dudas que surjan e incluso acompañarles para la adultez, ya que los mayores de 35 años sufren una decadencia a nivel cognitivo que repercute en otras habilidades.

También está el área de ocio, movimiento asociativo, donde intentan generar en los usuarios la necesidad de ser ellos mismos los que resuelvan alternativas de ocio como ir al cine, a una cena u organizar algo para un amigo. En definitiva, que lo puedan hacer de manera autónoma y normalizada.

Existen además diferentes talleres de tarde como manualidades, refuerzo educativo, flamenco, música... para complementar sus necesidades y formación y un taller de sexualidad destinado a los chicos de 15 y 16 años en el que tratan la conciencia sexual, la comunicación de su identidad sexual, las relaciones personales y sociales y el autocontrol, ya que muchas veces, debido a su discapacidad, ni ellos mismos entienden qué pasa y eso le acarrea problemas incluso con sus compañeros.

En la asociación trabajan trece personas y cuentan además con la labor desinteresada de doce voluntarios.