Tras unos años de estancamiento, el censo poblacional emeritense parece haberse encarrilado, ayudado en buena parte por la cada vez mayor llegada de inmigrantes que, sin duda, contribuyen a la mejora económica en la ciudad. Los últimos datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE), con el padrón correspondiente a 1 de enero del 2008, señalan que Mérida alcanzó en esa fecha los 55.568 habitantes, casi 3.500 más en los últimos cinco años. Se da la circunstancia de que en ese mismo período de tiempo, la cifra de ciudadanos extranjeros empadronados en la ciudad aumentó en 2.000, lo que demuestra la importancia del fenómeno de la inmigración.

Lo cierto es que el padrón sigue aumentando, algo fundamental para que las ayudas económicas que reciba la ciudad sean más cuantiosas. Hace justo diez años había censadas en Mérida 50.471 personas; es decir, 5.100 menos que en la actualidad. Sin embargo, el mayor incremento se ha producido en los últimos cinco años propiciado sobre todo por esa llegada de inmigrantes, aunque no es el único factor, porque cada vez son más los emeritenses que regresas a su ciudad y también quienes llegan de otras comunidades autónomas para residir en ella.

Otra cuestión que tampoco hay que olvidar para argumentar el crecimiento poblacional en Mérida es su condición de capital autonómica. Prueba de la importancia de este nombramiento es que desde que la ostenta --desde el año 1983-- Mérida ha ganado 12.500 habitantes. Además, en este periodo de tiempo el número de hogares se ha duplicado, al pasar de 11.000 a los más de 20.000 existentes en la actualidad.