En mis artículos de opinión he pedido por activa y por pasiva, y hasta he rogado a las autoridades competentes, que los monumentos estuvieran iluminados por las noches, y se comprende que aquí no sabe nadie la hora que es ni de quién es competencia la iluminación de los mismos. Nuestros visitantes no llegan a comprender cómo una ciudad que es Patrimonio de la Humanidad tiene en esa situación a restos romanos, visigodos y árabes tan importantes.

Mérida tiene muchas posibilidades de supervivencia, pero que no se le olvide a nuestro ayuntamiento --que es la primera autoridad de Mérida--, que el turismo es la que más contribuye al mantenimiento de nuestra ciudad y como tal, ni podemos ni debemos abandonar este tipo de obligaciones. Somos socios de las ciudades Patrimonio de la Humanidad, tenemos el mejor festival de teatro clásico, pertenecemos a la red viaria ruta de la plata, estamos considerados Gran Ciudad con tratamiento y privilegios, somos la capital de Extremadura (sin Estatuto todavía, eso sí-). También disfrutamos de una Semana Santa de interés nacional, tenemos dos museos nacionales romano, visigodo y hasta el de Juan de Avalos, pertenecemos a la Asociación Internacional de las Méridas del Mundo que nos representan a nivel mundial, poseemos la UNED como titulares en Extremadura.

En Mérida ostentamos un campus de la Universidad de Extremadura (aunque liliputiense), disfrutamos del río Guadiana (que aquí no se esconde de nadie-), plácido y caudaloso que es la envidia de muchas ciudades españolas, y poseemos edificios y obras públicas que han sido premios de arquitectura internacionales como el puente de Lusitania, la escuela de administración pública, las consejerías del paseo de Roma, el palacio de congresos y exposiciones, etc. Y por qué no decirlo, es una ciudad mediana con muy buena calidad de vida, mucho jardín y mucho de lo que presumir y es por eso por lo que denunciamos abiertamente que nuestro ayuntamiento tiene la obligación de preocuparse por la iluminación de nuestros monumentos, aunque no sea competencia suya y lo que si tenemos claro, es que la iluminación de los monumentos no puede ni debe salir del bolsillo de los emeritenses.

¿Quién debe pagar: La Confederación, la Junta, el Consorcio, quién?