La ciudad celebró ayer su primer día de feria bajo el signo del luto por el fatal accidente que costó la vida a cuatro vecinos el miércoles. Los actos programados, la mayoría destinados a los más pequeños, se desarrollaron con normalidad, aunque el calor se dejó notar.

Durante la mañana, la plaza fue un hervidero de niños, que se lo pasaron a lo grande con el pasacalle de la compañía Animax y con los juegos de animación. Sobre todo con el tiro al blanco al payaso con globos de agua, que se agradecía cuando se rompían.

En el ferial, al mediodía, había ambiente, aunque no tanto como en la calle John Lennon, que volvió a colapsarse. En la feria, muchas casetas estaban llenas, pero otras no tanto. El grupo municipal del PP organizó la tradicional comida con los periodistas de Mérida, con los que compartieron paella, tortilla de patatas y gazpacho.

Por la tarde, el espectáculo del bombero torero arrancó la risas de los cientos de niños que acudieron a la plaza de toros, que experimentó media entrada.