El alcalde Antonio Rodríguez Osuna negó ayer que el problema del camalote se reduzca a un asunto de impacto visual, como indicó el nuevo presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadiana, Samuel Moraleda Ludeña, en una entrevista a EL PERIÓDICO EXTREMADURA. El regidor emeritense insistió en que se trata de un problema medioambiental grave, ya que es una especie que contamina las aguas, provoca falta de oxígeno y provoca, por tanto, el deterioro medioambiental de la zona. También supone un problema económico puesto que las barreras de camalote impiden que se desarrollen actividades como certámenes de pesca «cuando Mérida es una de los mejores escenarios del mundo para esta práctica».

«Es una auténtica irresponsabilidad, porque no es una cuestión visual, es una cuestión económica», recalcó.