Cuando digo 'San Albín con empresario' no significa que antes nuestra plaza de toros estuviera huérfana de empresario, no, no, que va; lo que yo pretendo decir es que ya por fin nuestra queridísima plaza de San Albín tiene por fin un empresario con ganas, con deseos, con ideas, pero sobre todo con la ilusión y la imaginación que le hacían falta a los Sres. Postigo (tanto al padre como a sus hijos). Sin ánimos de molestar, es la sensación que hemos tenido los aficionados al mundillo de la tauromaquia, de que en la ciudad no había ni plaza, ni empresario, ni aficionados, ni deseos, ni nada de nada, sobre todo teniendo como tenemos la plaza más bonita de Extremadura.

Solo tenemos que recordar las corridas de toros que se celebraron hace ya ocho o diez años, en una plaza portátil en pleno real de la feria; haciendo a nivel regional el ridículo más espantoso y solo porque el empresario de turno no sabía estar a la altura de las circunstancias.

¡Vaya tela con los empresarios que hemos tenido, salvo Raúl Recuero! Entre todos la mataron y ella sola se murió, como dice el refrán.

Y al Sr. Elices (don Vicente) --a quien conozco desde que inició su andadura por el Foro-- ¿qué es lo que podemos pedirle? Pues simplemente que no sea cobarde y que busque todos los apoyos habidos y por haber, con el ayuntamiento y hasta con el diablo si hace falta. Seguro que no le van a faltar ayudas para llevar a la práctica todas las ilusiones con las que nos ha despertado el otro día, cuando leímos en nuestro Periódico de Extremadura lo que piensa hacer, lo que va a promover, lo que va a montar y las realizaciones que pretende poner en marcha.

Por eso yo, desde esta humilde columna y como un buen aficionado a los toros que soy, quiero hacerle partícipe de la alegría que ha dado a todos los emeritenses, y con los buenos ojos que hemos leído esta noticia, ya que con toda seguridad va a servir para dar a la capital de Extremadura el realce que nuestra ciudad se merece.