Vecinos de la vivienda quemada el domingo en la calle Margarita García de Blanes ya habían denunciado días antes que el acceso a la zona no está en buenas condiciones para los equipos de emergencias y bomberos. El día 12 de octubre --once días antes de lo ocurrido-- una de estas personas que vive en ese inmueble comunicó al ayuntamiento las constantes llamadas a la policía local durante varios días para que se retirasen los vehículos mal aparcados, que "en dos ocasiones han impedido que los bomberos entren en esta calle con los vehículos de extinción de incendios", según se recoge en un escrito al consistorio.

De hecho, el domingo, los bomberos tuvieron que maniobrar marcha atrás por esta vía debido a que había coches aparcados que impedían su correcta maniobrabilidad. A este respecto, la portavoz del equipo de gobierno, Pilar Vargas, reconoció ayer que es un lugar donde se aparcan coches en lugares prohibidos, y que se está multando por ello, pero negó cualquier queja ni problemas a la hora de la movilidad de los equipos desplazados al lugar.

Por otro lado, y sobre el estado de los dos heridos en el incendio del domingo, Purificación Alegre, 83 años, permanece, con quemaduras en el 40% de su cuerpo, en estado crítico mientras que su hermano Ramón, de 77 años, sigue hospitalizado en Cáceres en estado grave.

Técnicos municipales inspeccionaron ayer el estado del inmueble, y todo apunta a que un brasero originó el fuego.