La calidad del agua está en creciente peligro en el mundo, por lo que es necesaria una acción urgente para mejorarla y evitar no sólo riesgos para la salud, sino también para impulsar la prosperidad de los pueblos y contribuir al equilibrio ecológico y medioambiental.

Este es el mensaje de diversas agencias de la ONU implicadas en el objetivo de reducir la contaminación de las aguas de los ríos, lagos, mares, océanos y en promover infraestructuras de agua potable y sanitarias o alcantarillado, con motivo del Día Mundial del Agua que se celebra mañana.

Expertos del Programa de la ONU para el Agua y otras las agencias implicadas en la calidad del agua, científicos y más de una treintena de periodistas de países subdesarrollados y en desarrollo se dan cita desde hasta mañana en Nairobi para debatir sobre la contaminación de las aguas, sus consecuencias y cómo alertar y concienciar a la población mundial.

Esta conferencia en Nairobi se celebra en la sede del Programa de la ONU para el Medio Ambiente (UNEP), con la participación de responsables del mismo, del Programa del Agua, el Programa Habitat (sobre vivienda y urbanismo), así como miembros del Gobierno de Kenia, representante del sector privado y de ONG, y científicos y expertos de una decena de instituciones.

El Programa de la ONU para el Agua ha hecho un llamamiento a los sectores público y privado para que unan fuerzas con el fin de proteger y mejorar la calidad del agua, que, según advierte, "está en creciente peligro debido al aumento de la población, la expansión de las actividades industrial y agrícola", mientras que el cambio climático "amenaza con alterar el ciclo hidrológico". La calidad del agua "es vital para la supervivencia de todos los organismos vivientes y el funcionamiento de los ecosistemas, comunidades y economía", destaca una declaración del Programa de la ONU para el Agua.

Al poner cifras a la problemática del agua --que va desde el acceso a agua potable, a los efectos de las aguas de desecho domésticas, industriales y agrícolas-- las agencias de la ONU alertan sobre las consecuencias que ya se están produciendo y las implicaciones en el futuro.

La población, la industria y la agricultura arrojan cada día 2 millones de toneladas de agua de desecho a los ríos, lagos, mares y océanos.

Un 3,1% de las muertes en el mundo están causadas por agua contaminada, la falta de infraestructuras sanitarias e higiene. Unos 1,8 millones de niños de menos de cinco años --uno cada 20 segundos-- muere anualmente en el mundo por enfermedades causadas por la insalubridad del agua, según datos de agencias de la ONU, que calculan que esa es la causa de 2,2 millones de muertes y 4.400 millones de casos de diarrea.

La falta de infraestructuras sanitarias adecuadas afecta a 2.500 millones de personas, de los que un 70 por ciento o 1.800 millones, viven en Asia.

Un 90% de los desechos de agua --aguas fecales, industriales y otras-- en los países en desarrollo se arrojan a los ríos, lagos u océanos sin ser tratados, lo que afecta a 245.000 kilómetros cuadrados de ecosistemas marinos.

Según el Programa de la ONU para el Agua hay tres soluciones fundamentales: prevención de la contaminación, tratamiento de las aguas y restauración de los ecosistemas.

Señala que para conseguirlo hay que mejorar en la comprensión de lo que significa la calidad del agua, ampliar la comunicación y educación al respecto, mejorar el enfoque económico y financiero, extender el uso de tecnologías eficaces y tener herramientas legales, institucionales y reguladoras apropiadas.

El velar por la calidad del agua contribuye a la prosperidad, los países pobres que han mejorado el acceso a agua limpia y los servicios sanitarios tienen un ritmo de crecimiento económico medio de un 3,7% anual, frente al 0,1% de los que no lo han hecho, según datos difundidos por la ONU.

Las inversiones en infraestructura sanitaria y agua potable tiene compensaciones y según cálculos de la ONU cada dólar invertido puede suponer entre 3 dólares y 34 dólares en desarrollo. "Hay pocas, si es que hay alguna, áreas en las que las inversiones en planes integrales pueden dar de forma sostenida mayores ingresos en múltiples sectores como el desarrollo de la infraestructura del agua y la promoción de mejorar la gestión de los desechos", según el Programa Habitat de la ONU.

CALIDAD PROVECHOSA La calidad del agua y las cuestiones socioeconómicas como la pobreza, los medios de vida, la salud y la igualdad guardan una estrecha interrelación. Proporcionar y mantener unos servicios de suministro de agua potable segura y de saneamiento resulta fundamental para mitigar la pobreza y mejorar la calidad de vida de millones de personas. Comprometida con los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) la comunidad internacional está aún lejos de lograrlo, de reducir a la mitad el número de personas sin acceso a un agua segura y a unos servicios básicos de saneamiento para el 2015. A pesar del avance logrado hacia la consecusión de esta meta, grandes sectores de la población están lejos de alcanzarla. En el mundo, alrededor de 1.100 millones de personas carecen de acceso a una fuente mejorada de abastecimiento de agua y más de 2.600 millones carecen de servicios de saneamiento mejorados. Los mayores obstáculos para el avance en ese sentido se siguen observando en el Africa subsahariana.

Aunque se estima que más del 90% de la población mundial utilizará una fuente mejorada de acceso al agua potable antes de 2015, es preciso realizar grandes esfuerzos para alcanzar la meta en materia de servicios de saneamiento fijada en los Objetivos de Desarrollo Milenio.

Por ejemplo, durante más de 16 años (entre 1990 y 2006) la proporción de personas carentes de unos servicios de saneamiento mejorados disminuyó en sólo un 8%.