Francisco Zambrano es autor de libros básicos para entender el flamenco extremeño. Ha realizado la más completa biografía sobre Porrina de Badajoz y sus estudios sobre Pérez de Guzmán han sido merecedores del premio nacional. Es el más importante flamencólogo extremeño y jugó un papel esencial en la aceptación de tangos y jaleos como cantes genuinos de la región. Su aportación fue decisiva para que a Extremadura se la tuviera en cuenta a la hora de presentar ante la Unesco la candidatura.

--¿Cuál fue su contribución para que los jaleos y tangos fueran aceptados como una manifestación propia de Extremadura?

--Presenté una ponencia en 1986 sobre los cantes extremeños en un congreso nacional de arte flamenco que se celebró en Benalmádena (Málaga). No los conocía nadie ni los reconocían como nuestros incluso aquí. Aquello creó una gran polémica porque decir en el corazón de Andalucía que nosotros teníamos cantes propios era una osadía, cuando ellos entienden que el flamenco es una seña de identidad suya. Después de un debate de dos horas yo planteé que los jaleos y los tangos eran cantes autóctonos. A ellos se sumaban una serie de creaciones personales de Porrina de Badajoz, Pérez de Guzmán, Pepe El Molinero y Manolo Fregenal. Al final me concedieron llevar un estudio comparativo al año siguiente en Córdoba. Comparé los jaleos con distintos tipos de bulerías y los tangos con otros tipos. Se tuvieron que rendir a la evidencia. Ahora difícilmente lo hubieran aceptado. Tuvimos mucha suerte. Acuñé un eslogan que decía ´El flamenco también es cultura extremeña´ para concienciar a las instituciones. Cuando hubo la polémica con Andalucía eso valió para sacar pecho y demostrar que aquí había cantes reconocidos. Ahora nos han llevado de la mano por eso.

--¿Qué papel tiene Porrina de Badajoz en la historia del flamenco extremeño?

--Porrina es fundamental y el embajador de los cantes extremeños. Triunfó en 1952 en Madrid ante el gran público. Lo que sucede es que confunden un poco sus títulos. Fue el número uno del flamenco hasta que murió en 1977. Hizo de rebufo para otros cantaores de la talla de Juan Cantero, que es el segundo en importancia, y que hacía muy bien los jaleos y los tangos. Otros artistas son La Marelu, Ramón El Portugués, El Camborio o El Guadiana. Cuando murió Porrina se había impuesto el marienismo en el flamenco y a Porrina no lo consideraban. Porrina no cantó en ninguno de los festivales que se hicieron en Badajoz, su ciudad natal, cuyo nombre llevaba con orgullo por todo el mundo. Escribí el libro ´Vida y obra de Porrina´ para hacerle justicia y conseguimos que se le hiciera una estatua.

--¿Qué es ´El flamenco extremeño en acrósticos´?

--Escribí ´José Pérez de Guzmán y sus fandangos´ por el que me dieron el premio nacional de investigación en flamenco en 2009. El último libro que he escrito es ´El flamenco extremeño en acrósticos´ que lo único que hace es reconocer de forma visual todo el flamenco extremeño, donde están todos los artistas que han tenido alguna importancia en el cante, el toque o el baile. También están recogidos todos los lugares emblemáticos del cante regional. En total el libro se compone de unos 183 acrósticos.