Ha convertido su pasión por los libros y su amor a Extremadura en una forma de vida, en la que ha contado con el apoyo y la ayuda incondicional tanto de su mujer, Teresa Clot Bru, como de sus cinco hijos.

--¿En algún momento esperaba ser galardonado con el premio de la región? ¿Qué significado tiene para usted este premio?

--No, nunca. Es un honor que no esperaba, y por ello mi emoción es mayor. Mi región me premia con la máxima distinción que otorga, por haber llevado a cabo, junto con mi familia, lo que más me ha gustado en la vida. Es algo impensable y maravilloso.

--¿Cuándo comenzó a interesarse por los libros?

--Desde mi infancia me recuerdo orientado hacia los libros y la lectura. En los salesianos, en La Puebla de la Calzada, ya coleccionaba libritos de historias. A los más pequeños nos hacían leer en alto el Quijote, diariamente. ¡Con nueve o diez años!

--Su pasión por la lectura le ha convertido en un bibliófilo. ¿Sus obras cumplen algún tipo de requisitos?

--La bibliofilia, según el DRAE, es "pasión o afición por el libro, en razón de su valor histórico o estético, especialmente por los antiguos, raros y curiosos". Sin duda, la pasión por la lectura es central, pero también vemos otras cosas: la imprenta, la encuadernación, las ilustraciones... El bibliófilo estudia, investiga, acopia conocimientos que, en última instancia, hacen que su disfrute de cada libro sea más completo y exhaustivo.

--¿Se podría decir que es un apasionado de todos los libros que guardan alguna relación con Extremadura?

--Por definición, el bibliófilo se concentra en una "especialidad", y mi gran pasión, de siempre, ha sido el libro extremeño, en todas sus dimensiones: autores extremeños, libros impresos en Extremadura, o cualquier obra cuya temática sea nuestra región.

--¿Qué tiene Extremadura para despertar tanto interés?

--Por una parte, estoy orgulloso de haber nacido y vivido en esta tierra. Y por otra, tenemos en Extremadura una extraordinaria tradición de amantes de los libros, casi inigualable, con figuras de gran altura: Juan de Zúñiga, Arias Montano, Godoy, Barrantes, Rodríguez Moñino... Hemos querido poner en valor, y difundir esta tradición, a menudo desconocida. Creo que el deseo de continuar su labor ha sido un acicate constante para mí.

--Gracias a su afición por la cultura impresa, el patrimonio bibliográfico extremeño se ha ido enriqueciendo. ¿Qué opina de ello?

--Ha sido mi principal objetivo, y motivo de la concesión de esta Medalla. Por supuesto, que no es sólo obra mía, al contrario: una de mis mayores satisfacciones es que en Extremadura y en sus instituciones existe un gran interés por la conservación y difusión de este patrimonio libresco.

--¿Qué le hizo llegar a un acuerdo con la Junta de Extremadura para permitir que el Fondo Bibliográfico Clot-Manzanares se encuentre depositado en la Biblioteca de Extremadura?

--La Junta se interesó por mi colección, y la creación de la Biblioteca de Extremadura, en Badajoz, ofrecía --y ofrece-- las mejores condiciones posibles. El triste destino de muchas colecciones de bibliófilo ha sido la dispersión; la mía, en cambio, permanecerá para siempre a disposición de todos los ciudadanos, en una institución pública extremeña. La Junta ha entendido muy bien que la cultura es para todos. La BIEX --que no consta sólo del Fondo Clot-Manzanares-- es un orgullo para toda la región.

--Extremadura tiene uno de los índices de lectura más bajos ¿qué hacemos para solucionar esta situación?

--Estamos inmersos en la sociedad digital, con enormes cambios en los modos de lectura y escritura. Tenemos que aprovechar este momento, que es similar al de las primeras décadas tras la invención de la imprenta. Los bibliófilos, contra lo que pudiera parecer, estamos apasionadamente interesados e implicados en el futuro.

--¿Cree que la imagen que tiene Extremadura a nivel nacional e internacional no se corresponde con la realidad?

--Los extremeños tenemos buena imagen: gente seria, rigurosa, honrada. En cuanto a la región, el problema es que no tiene una imagen definida, o que la tiene muy estereotipada. Todos los que vienen por aquí se sorprenden de lo variada que es Extremadura. Por otra parte, y esto hay que decirlo, entre los estudiosos del libro, nuestra región es muy valorada.

--En 1991 funda la Unión de Bibliofilos Extremeños, ¿por qué se creó esta organización?

--El bibliófilo solía ser un hombre solo, rodeado de sus papeles. Un grupo de amantes de los libros nos constituimos en sociedad civil, sin ánimo de lucro, para "localizar, adquirir, difundir e intercambiar libros y manuscritos", como dicen nuestros estatutos. Organizamos jornadas de estudio, publicamos libros y concedemos anualmente un importante premio bibliográfico. Siempre hemos contado con el apoyo de las instituciones. La UBEx es una alegría para sus más de 350 miembros. Creo que es única en España.

--Actualmente ¿qué cargo ocupa?

La presidenta de la UBEx es Carmen Fernández Daza. Yo soy presidente de Honor.

--También participa en otro tipo de actos. ¿Destacaría alguno?

--Participo en actos relacionados con el patrimonio bibliográfico. Ahora preparo distintas intervenciones para el centenario de don Antonio Rodríguez-Moñino. Además, soy consultor en temas de tecnología digital para archivos y bibliotecas.