La selección española, la última en llegar a Suráfrica, se prepara desde ayer por la tarde en las instalaciones de la Nordwest University de Potchefstroom, que será su cuartel general hasta que se prolongue su permanencia en el Mundial. Toda la delegación española aterrizó en el aeropuerto de Johannesburgo con la intención de ser también la última en marcharse. Después de diez horas de viaje, los internacionales tomaron otro vuelo de apenas 20 minutos para llegar a su lugar de concentración, donde descansaron antes de realizar por la tarde una suave sesión de entrenamiento de apenas una hora. Iniesta se incorporó en el último tramo para realizar un poco de carrera y practicar en solitario toques de balón con las dos piernas.

El edema en los isquiotibiales del centrocampista del Barcelona evoluciona con normalidad y después de un par de sesiones de gimnasio, ayer volvió a calzarse las botas de fútbol, lo que no significa que vaya a estar para jugar el próximo miércoles contra Suiza en Durban. Nadie, empezando por él mismo, está dispuesto a forzar lo más mínimo teniendo en cuenta la cadena de problemas musculares que ha tenido a lo largo de la temporada en esa misma pierna. "Hay que ir poco a poco. En este tipo de lesiones no hay que tener ninguna prisa. Es más un tema de precaución que otra cosa", comentó doctor Celada, jefe de los servicios médicos de la selección.

VIAJE COMODO También comentó que los jugadores habían tenido un viaje bastante cómodo desde que el Airbus-340/600 Miguel Hernández, el más moderno y grande de la flota de Iberia, partió de la T-4 de Barajas pasadas las 23.50 del jueves hasta la llegada al aeropuerto de Johannesburgo. "Todos los internacionales han podido dormir una media de seis a siete horas", informó Celada antes de que la selección cogiera otro vuelo hacia la ciudad universitaria de Potchfstroom, donde fue recibida por una delegación encabezada por el alcalde de la localidad, de 50.000 habitantes, Andrew John Maphetle. "Llevamos muchos días esperando vuestra llegada. Los niños y los más jóvenes no paraban de preguntar cuándo vendrían Torres, Puyol, Iniesta... Espero que correspondáis a ese cariño con muchos triunfos. Espero que la final sea entre los Bafana, Bafana y España", dijo el edil. "Estaremos con vosotros el mayor tiempo posible. Ojalá hasta el final, como hizo España en la Eurocopa", le replicó Vicente del Bosque.

Después, a la llegada al complejo universitario donde se entrenarán y vivirán todos estos días, los internacionales recibieron el homenaje de varias actuaciones musicales de grupos locales, danzas tribales y espectáculo de percusión. Mucho más tranquilo fue el entrenamiento de la tarde, en el que no hubo aficionados pero sí un despliegue de seguridad extraordinario.

Una veintena de dotaciones policiales se colocaron cerca del campo de entrenamiento, mientras que casi un centenar de vigilantes privados rodeaban el recinto vallado donde el equipo español se ejercitó una hora.