Desde que se entra por la puerta del taller de Octavio Alvarez, los numerosos trabajos que encierran sus paredes sorprenden al visitante. En la estrechez de la vieja casa convertida en caótico estudio, los colores asaltan, el olor a madera y barniz avasalla al principio y acoge después, con la calidez de un trabajo hecho con mucho mimo. Resulta casi imposible albergar tantas creaciones en un espacio tan pequeño.

Los retratos de su familia le acompañan mientras talla con paciencia la madera. "Hay que retirar lo que le sobra, y lo que queda es lo que vale", comenta sonriente. Y lo que queda de Octavio Alvarez desde que se iniciara como carpintero cuando sólo tenía siete años, es lo que realmente cuenta: un artesano que se atreve no sólo con la talla sino también con la pintura y a veces, por qué no, con la poesía.

Obra de arte, obra social

Los últimos años de su vida los ha dedicado a enseñar a aquéllos que quieren aprender un oficio muy poco popular, "que requiere mucha paciencia, pero que te realiza como persona", afirma. Ha impartido clases en la Escuela Taller de Plasencia y también ha colaborado con Cáritas para ayudar a los indigentes durante cinco años. En los últimos tiempos, a pesar de estar jubilado, su dedicación artesanal le ha llevado a exponer su trabajo en ferias del sector como la de Cáceres o la de San Miguel, en Navalmoral. Confiesa que vender su obra no es su objetivo, pero asegura que le resulta satisfactorio, "porque es la forma de comprobar que la gente valora lo que haces".

En cuanto a la pintura, Octavio explica su dedicación por la relación que ésta guarda con la talla. En su proceso creativo, la inspiración se refleja en el papel mediante un dibujo que la madera se esforzará por imitar después, a fuerza de cincel, paciencia y tiempo. Octavio hace hincapié en un trabajo, El ojo que todo lo ve , lienzo que se aleja más de su estilo preferido, el realismo. Una queja nostálgica contra la degradación del planeta por la acción del hombre. Mientras, en su taller, el quejío flamenco de la radio esculpe poco a poco las horas.