La conocida como rotonda de Moya, en la carretera de Talayuela y ubicada junto a un complejo hotelero y de servicios del mismo nombre en Navalmoral, va camino de convertirse en algo similar a la obra del Escorial.

El pasado día 16 de enero se firmó el acta de replanteo para comenzar con la ejecución de las obras en la interior del espacio circular de la plaza giratoria que se encuentra en el cruce de caminos entre la antigua Nacional-V y la carretera de Talayuela. Desde ese día, el plazo de ejecución estimado para finalizar la construcción de una fuente y adecentar el entorno de ese espacio se fijó en cuatro meses con la empresa ejecutora, Econisa.

Entonces, se procedió al vallado del terreno, ocupando incluso parte de la calzada hasta dejar casi por completo sin uso uno de los carriles útiles para que los vehículos circulasen por el mismo. Al mismo tiempo, se instaló una lona de color verde alrededor de la glorieta que impide la visibilidad normal a los conductores y hace ya de por sí más difícil la entrada en la misma, teniendo los conductores que aumentar las medidas de precaución. El problema es mayor a la hora del paso de alguno de los trenes que circulan por las vías situadas apenas a doscientos metros de la glorieta. Con la reducción de un carril y en la visibilidad, se forman aglomeraciones casi a diario.

La obra está paralizada, se puede divisar desde la altura la figura circular de lo que será una nueva fuente en la localidad, pero según comentó a EL PERIODICO el concejal de Urbanismo del ayuntamiento moralo, Miguel Angel Sierra, la empresa solicitó unas modificaciones al proyecto, y la ejecución sigue en compás de espera, con la evidente preocupación para los mandatarios locales, que lamentan la tardanza y confían en que el problema se resuelva pronto por el bien de los vecinos.