Ser agricultor hoy, no es igual que hace veinte años. Y es que a pesar de los pocos años transcurridos, se han dado situaciones políticas, económicas y sociales en Europa que han traído como consecuencia una modernización de la agricultura española. La Política Agraria Comunitaria, que conocemos como la PAC, nació en la posguerra europea con una filosofía totalmente diferente a como la entendemos ahora. La entrada de nuevos miembros a la UE, el exceso de producción en algunos cultivos, y la reconversión agraria, han sido algunos motivos que han dado lugar al cambio. Pero, lo que es indudable, es que durante estos 20 años, en España se ha producido una transformación del sector agrícola y ganadero. La PAC ha potenciado el mantenimiento de las explotaciones familiares, ayudando a que éstas sean modernas, productivas y competitivas, nivelando al sector frente a los bajos precios que hoy siguen manteniendo los productos.

Pero, la Política Agraria Comunitaria ha tenido y sigue tendiendo sus claroscuros, porque no ha conseguido lograr su objetivo principal; eliminar diferencias entre los agricultores europeos. En los primeros años de la PAC el criterio del reparto de ayudas se hizo por producción y no con criterios sociales, ni de sostenibilidad, ni con el objetivo de fijar y mantener población en el medio rural. Esto ha traído como consecuencia una fuerte desigualdad entre zonas. Las más productivas se han convertido en las que han recibido más ayudas enriqueciéndose aún más, en detrimento de las zonas más desfavorecidas, dando lugar a una reestructuración brutal en el sector agrario. Muchos agricultores no han tenido opción, sus explotaciones no eran rentables y han tenido que emigrar a otros sectores sin ayudas.

En el 2000 llega la segunda fase. Aquí la PAC cambia de sentido, da un giro de 180º. Ya no interesa incentivar la producción, ahora sobra. Por ello, presionado, no nos olvidemos, por la Organización Mundial del Comercio, llega la estrategia del desarrollo rural. El problema principal es la falta de presupuesto. Y es que es imposible llevar a cabo un cambio en el modelo productivo donde se frene la despoblación en las zonas rurales y basada en una agricultura sostenible que respete el medio ambiente, con fuertes pérdidas de renta, si no hay compensaciones a cambio.

XA DIAx de hoy, la situación es confusa. No hay un modelo claro de agricultura, porque no se puede tratar a un productor de alimentos como si lo que produjera fueran tornillos. La Unión Europea nos exige calidad, seguir ciertos criterios agroambientales, que nuestros productos sean sanos y seguros, y al mismo tiempo que compita con la liberalización del mercado donde a los productos de fuera no se les exigen estas medidas. Pero eso sí, cuando se produce una alerta sanitaria, nuestras producciones son las primeras en sufrir las consecuencias. Desde nuestra organización exigimos a la Unión Europea un mayor control comercial y legal sobre las producciones que vienen de fuera, es decir, que todos los productos cumplan los requisitos de calidad y seguridad alimentaria. Por otro lado, es imprescindible una legislación clara sobre etiquetado, para que el consumidor sepa diferenciar con sencillez y claridad nuestros productos de los de fuera.

De este modo, nosotros creemos que el futuro de la agricultura en Europa pasa por una política común. Parece que desde hace unos años hay una tendencia nacionalista en la política agraria. Nosotros creemos que ese no es el camino. La PAC nació con la idea de eliminar diferencias entre los agricultores de todos los países y regiones que conforman Europa y esto es para lo que debe servir. Si no se vuelve a esa ideología, entonces caminaremos hacia una Europa con dos tipo de agricultores y ganaderos donde los más fuertes se quedarán y los más pequeños desaparecerán.

Defendemos una PAC que cohesione, queremos un mundo rural más justo, y para eso es necesario que haya diferencias en los apoyos y se ayude más a quien más lo necesite. La PAC ha sido importante para el desarrollo del campo en España, desde UPA-UCE reivindicamos su existencia y defendemos un giro social de la misma, así, el mundo rural vivo saldrá ganando.

*Secretario Generalde UPA-UCE Extremadura