Malos tiempos para los políticos. Pues necesitado el pueblo de desahogo se está popularizando el abucheo del prohombre. Ya sea ZP en un desfile, el Rey de España en un partido o Aznar en la universidad. Bronca, pitada, silbidos, qué más da.

Mas no deben sus Majestades sentirse ofendidos sino aliviados, pues en la Copa del Rey de Baloncesto tan solo recibieron gritos y no zapatazos como Bush en Irak. Del mismo modo hace muy mal el señor Aznar alzando el dedo soez contra los jovenzuelos que le vituperaban en Oviedo pues tuvieron el detalle de no estamparle en la cara la maqueta de la catedral de León como al pobre Berlusconi la de Milán y encima al ser el expresidente hombre serio, formal y no conocérsele pérdida de seso por razón de sexo le está vedado el pronto consuelo que le brindó al italiano la hermosa odontóloga que le arregló su pedernal faz. España se dividió entre los que afearon el feo gesto del hosco político, imposibilitado parece ser para la fina ironía quizá debido a la soberbia, quizá al cansancio y los que lo justificaron. Probablemente Aznar no acepte que le juzguen por Irak, existiendo Afganistán. Yo tampoco aun reconociendo lo sabrosos que hubieran sido los comentarios de la derecha si el sonriente presidente que anda tan atareado en encrespar a los mercados y tranquilizar a sus deudos en Málaga hubiera hecho una pedorreta a toda la buena gente que vociferaba en el desfile de las fuerzas armadas. El hombre aguantó con deportividad y asumió el ritual en que se ha convertido la pitada. Una desearía que estos comportamientos no se generalizaran, pero una es una tonta idealista. O la gente está mucho más harta de lo que parece. Repudio los abucheos pero comprendo que el hombre público debe aguantarse, con elegancia, con espíritu de sacrificio y con savoir faire democrático, lo mismo que sonríe gozoso cuando sus acólitos le dan un baño de masas. Si aspira al aplauso constante hubiera debido hacerse actor o deportista de élite. O contertulio de Sálvame . A Belén Esteban sí que la adora el pueblo soberano.