Catedrático de Economía

A partir del 1 de enero de 2007, España recibirá menos dinero de Europa. Aunque, comparados con los que estaban en la Unión, los españoles éramos de los pobres, comparados con los que vienen, somos de los ricos. Lo cual quiere decir que durante estos 10 años de pertenencia a la Unión Europea hemos crecido mucho, nos hemos desarrollado y enriquecido como país y ahora, por el principio de la solidaridad intraeuropea, tenemos que dar a los menos dotados.

Del fondo para el desarrollo, que va a financiar a las regiones más pobres, sólo Extremadura, Andalucía, Galicia y Castilla La Mancha recibirán dinero. Las demás regiones quedarán excluidas.

El cambio, aunque lógico y noble, va a ser doloroso. En el 2002, España recibió más de 2.100 millones del fondo de cohesión. La pérdida a partir de 2007 será de ese orden de magnitud. ¿Qué va a pasar entonces?

Los fondos de cohesión y de convergencia están destinados a proyectos de infraestructura, comunicaciones y desarrollo regional. La gran cuestión es si, al cerrarse la espita de fondos comunitarios, España va seguir manteniendo el nivel de inversiones en obras públicas que estos años han sido compatibles con el equilibrio presupuestario.

Tenemos tres años para completar los grandes proyectos sin incurrir en un significativo déficit fiscal. Es de temer, sin embargo, que si sigue imperando el fetiche del déficit cero, a partir del 2007 las obras públicas en España van a sufrir un drástico recorte. Mal negocio éste de la ampliación.