El presidente de Caja Extremadura, Jesús Medina, presentó el pasado jueves el estudio que una empresa especializada ha elaborado para contestar a la pregunta de si es viable o no que Extremadura tenga en las inmediaciones de Cáceres un aeropuerto internacional. Era, desde que Rodríguez Ibarra presentara esa idea en el último debate sobre el estado de la región, en junio pasado, la primera y principal pregunta que había que responder. Pues bien, la respuesta es afirmativa: el aeropuerto es viable técnica y ambientalmente; y también puede ser rentable, de manera que en el 2020 podría atraer a 1,2 millones de viajeros, además de crear más de 5.000 empleos, incluyendo en esta cifra los necesarios para la construcción de las instalaciones. El estudio avanza que, una vez elegido el emplazamiento (hay una media docena idóneos en las inmediaciones de la capital cacereña), las obras podrían empezar el año que viene para que funcione en el 2012.

Las compañías de bajo coste --una de las cuales está interesada en participar en el consorcio que construya y explote el aeropuerto-- están revolucionando el sector de la aviación comercial, y los cálculos del estudio señalan que la llegada de turistas multiplicaría por más de 15 el número de pasajeros actuales del aeropuerto de Badajoz, y sin necesidad de que éste dejara de ser operativo pues sus actividades no colisionan.

Esta iniciativa, por tanto, es una oportunidad para la región, porque con seguridad la situaría en una dimensión desconocida en cuanto a destino turístico. Una oportunidad que llega de la mano de Caja Extremadura y que es de confiar que se incorpore a ella la de Badajoz.