WEwl alcalde de Villafranca de los Barros, Ramón Ropero , fue víctima en la noche del pasado viernes de una agresión por parte de vecinos de su localidad contrarios a la instalación de la refinería. Ropero, que iba en compañía de su esposa después de salir del ayuntamiento, en donde se había celebrado un pleno, recibió insultos y un puñetazo, su coche fue zarandeado y algunos integrantes de las fuerzas de seguridad que lo protegían también sufrieron heridas. Estos hechos, sobre los que hay 14 personas denunciadas, son de todo punto inadmisibles. Cualquier idea deja de ser legítima si para defenderla hay que agredir al que no la comparte. Y los detractores de la refinería se quedan sin argumentos en el momento en que quieren imponerlos con puñetazos. Villafranca está viviendo una situación de enfrentamiento que se esta deslizando peligrosamente y para cuya superación se requiere serenidad para la estricta aplicación de la ley, que pasa por el respeto a todos los derechos: el de manifestación y, por supuesto, el que todo ciudadano tiene a la integridad física. Ropero culpó de la agresión, entre otros, a la Prensa, a la que acusó de "instigadora". Después de sufrir una situación como la vivida el viernes, es sin duda un grave error sólo disculpable por los tensos momentos por los que atraviesa.