Si durante los años anteriores se publicaron encuestas, en los meses que están por venir éstas se multiplicarán, porque el próximo año es, más que nunca, un año electoral. Lo que éstas augurarán será un cambio en el modelo que hasta ahora habíamos conocido: una importante caída del bipartidismo PP-PSOE, la irrupción con fuerza de Podemos y Ciudadanos, y el estancamiento y retroceso de formaciones como IU o UPyD. Si las encuestas no fallan, como ya lo hicieron en mayo, la formación de Pablo Iglesias será la gran vencedora.

Y ante esta situación me pregunto qué es lo que realmente le interesa al votante. No creo que en el caso de Podemos sea su programa electoral, porque el único que hasta el momento han materializado es el de las pasadas Europeas, para nada aplicable a ayuntamientos o al propio país. Tampoco creo que lo sea el candidato, aun sin designar en lugares donde ya tienen casi confirmada su entrada en el juego democrático. Entonces, ¿qué está pasando? La respuesta la tenemos si miramos hacia el otro lado del Atlántico, concretamente a Estados Unidos. Se está consolidando, aunque con grandes diferencias, la "americanización" de la (comunicación) política. Sólo así se entiende que Pablo Iglesias, a través del uso de la televisión, la narración de historias que empatizan con los votantes, y su propia humanización como candidato, convierta a su partido en fuerza emergente en ayuntamientos y parlamentos en los que él sólo pisara como invitado, en el mejor de los casos. Ante esta situación me pregunto si no habrá llegado el momento en el que los candidatos sean elegidos entre auténticos líderes, alejados de la figura del político al que sólo votaremos si tenemos con su partido cierto apego ideológico; porque en esto, Pablo Iglesias II, 'El Coletas', también nos la ha vuelto a colar.

Twitter: @jmmartinache