La normativa impuesta a los aparcamientos para que cobren por el tiempo realmente consumido por el usuario y no por tramos de tiempo ha sido, en primer lugar, muy comprensiva con las empresas, puesto que les dio una moratoria desde junio a septiembre para que fueran adaptándose a la obligación de tarifar por minutos. Y en segundo lugar está siendo ineficaz: las empresas, que ya se pertrecharon ante la nueva ley subiendo hasta un 30%, en algunos casos, las tarifas, están cobrando en algunos tramos más que antes. Basta echar un vistazo a la información de ayer de ese periódico para comprobarlo: no hay ni un solo aparcamiento de las cuatro grandes ciudades de la región que haya aplicado la norma de modo que sea ventajosa para los consumidores, puesto que si ha habido descensos en el precio de algunos tramos, sobre todo los de menor tiempo, el coste puesto por minuto consumido hace que la factura se dispare cuando el coche está aparcado más de tres horas. Incluso en algún caso el párking cobra por entrar, lo cual es considerado irregular por la Unión de Consumidores, toda vez que entiende que ese establecimiento cobra al usuario dos veces por el mismo concepto: por entrar y por aparcar, cuando es imposible aparcar sin entrar.

La realidad es que las empresas se han puesto por montera el espíritu de la ley...pero dentro de la legalidad, lo que significa que el Gobierno debió de haberlo previsto y haberlo prevenido. Está ocurriendo en todos los casos en que se pretende terminar con el abuso de que las empresas cobren por servicios no prestados. Ocurrió con las operadores telefónicas, que neutralizaron las pérdidas con el aumento de tarifas. Y está ocurriendo en los aparcamientos. Al Gobierno le corresponde evitar ese efecto indeseable.