Las esperanzas que pudieran tener los que denunciaron la sustracción de prendas y enseres en el guardarropa del pub Aires durante el cotillón de Nochevieja se esfuman un poco más después de que el Juzgado haya archivado la causa por esos robos debido a la imposibilidad de la policía de determinar su autoría.

Ese final --el Juzgado señala que es un final provisional, aunque solo un golpe de fortuna podría hacer que se encontrara a los culpables y se reabriera el caso-- era el previsible, si bien en la práctica hallar o no a los culpables no suele significar ni la recuperación de los objetos robados ni la reparación del daño. Por otro lado, la disposición de los propietarios del pub a cubrir con su seguro lo sustraído tiene también un alcance poco más que testimonial, puesto que de las más de 200 denuncias finalmente la restitución del valor de lo que se les ha robado no llegará ni al 20% de los denunciantes y será una restitución parcial.

Solo un castigo que haga desistir de la tentación de hacer una fiesta sin los preceptivos permisos y sin mínimas condiciones de seguridad para los que han pagado la entrada podría servir para que se saquen lecciones preventivas que impidan que hechos como los sucedidos en el pub Aires se vuelvan a repetir. Pero en ese caso, los beneficiarios serán futuros clientes, no pasados.