En algunos escusados de hostelería, entras para hacer tus necesidades y sales habiéndolas hecho a medias, porque no has sido capaz de lavarte las manos, dado que al grifo del lavabo no hay manera de hacerle soltar una gota de agua, ya que no tiene mando que tentar o girar; y además, el urinario de pared carece de pulsador de enjuague, así que has dejado en él restos líquidos de tu persona. Se lo dices al camarero, y el camarero te mira dejando escapar una sonrisa guasona, que quiere decir que no eres el único torpe al que le pasa. Resignado te explica cómo funcionan enjuagador de urinario y grifo. El urinario dispone de un dispositivo láser casi invisible, situado en la pared, que hace descargar el agua cuando pones la palma de la mano frente a él. El grifo es más exigente, y tienes que tocarle las palmas o chascar los dedos de la mano a mínima distancia para que suelte el chorro. Tecnología punta más esnob que funcional. Pero es lo que nos espera en esta era tecnológica, mucha tontería entre pocas ideas prodigiosas.

Luego tienes los indicativos de sexo en las puertas de los aseos. En algunos casos nos encontramos verdaderos acertijos. El dibujo de una cuchara en una puerta y un tenedor en la otra. Unos labios pintados de carmín y otros sin pintar. Un zapato de tacón y otro sin tacón. Un círculo azul y uno rosa. Incluso el dibujo de un triángulo equilátero invertido en una puerta y un rectángulo en vertical en la otra. El caso es que entretenerse demasiado a discurrir para adivinar qué puerta abrir puede provocar que nos lo hagamos encima. Y además, algún cliente poco imaginativo puede confundirse de puerta, entrar sano y salir lesionado.

Recuerdas un caso bastante cómico, ocurrido en un bar que sueles frecuentar, en cuyo aseo se indican las puertas con una H y una M (Hombre/Mujer). Un cliente, ya entrado en años, preguntó al camarero cual era el servicio de caballeros. El camarero le dijo que estaba claro, el que tiene la H en la puerta. El cliente contestó: “No, no está tan claro, porque la H podría corresponder a hembra, y la M a macho”.

Y es que, a veces incluso lo sencillo puede ser complicado.