WLw a reunión que ayer mantuvo el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, con el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, se saldó con decisiones que favorecen a la región. Aunque difícilmente podría ser de otro modo --ningún responsable político inicia una ronda de conversaciones para dar capones a sus correligionarios, y menos en vísperas de un año electoral--, alguno de los resultados del encuentro son particularmente positivos para Extremadura, siendo el principal la asunción por parte del Estado del coste de la autovía Cáceres-Badajoz. No solo por la cuantía, que también --esta obra supera los 300 millones de euros, que se ahorrarán los extremeños--, sino porque diluye una de las críticas ciudadanas en torno a esta infraestructura: las que consideran que su valor político y de vertebración social no es suficiente ante su elevado coste, más oneroso por ser soportado por las arcas regionales.

Que Rodríguez Zapatero se haya comprometido a que el Estado termine pagando la autovía entre las dos capitales de provincia, aunque sea la Junta la que empiece haciéndose cargo de ésta y acometiéndola en el plazo previsto (2008 para su inicio y 2012 para su final), es un triunfo político del presidente extremeño, puesto que esa idea, que Fernández Vara le expuso a la ministra de Fomento Magdalena Alvarez cuando la visitó en su ministerio el pasado 18 de julio, ha sido finalmente aceptada por el Gobierno.

También es un triunfo de Vara que Zapatero acepte prorrogar durante cuatro años el Plan Integral de Empleo --una de las medidas incluidas en el Plan Extremadura--, dotado con 50 millones de euros anuales, para ayudar a lograr que la región tenga medio millón de ocupados, lo que significa que en ese tiempo se tendrían que crear alrededor de 80.000 nuevos trabajos, y generar más empleo, como lo viene haciendo desde hace año y medio, que el conjunto de España.

Rodríguez Zapatero y Fernández Vara también hablaron del AVE y de la reunión volvió a salir la enésima promesa de que la Alta Velocidad sería una realidad en la región en el 2010. El Gobierno siempre ha reiterado ese compromiso. Y sin embargo, persiste la duda no solo por la realidad palmaria de que todavía no se ha removido ni un palmo de tierra para acometer una obra que tendría que estar terminada dentro de poco más de tres años, sino porque, una y otra vez, planes elaborados o en estudio por el Ejecutivo vienen a ensombrecer las previsiones. El último de esos estudios, si bien preliminar, es el publicado ayer por este periódico, que se refiere a la construcción de la infraestructura eléctrica necesaria para que el AVE corra por las tierras extremeñas, que no estaría prevista hasta el 2014. Desechada por inconsulta la idea de que esas fechas se ponen "de relleno", como ha dicho el consejero de Industria, hace bien el presidente de preguntar al ministro de Industria, Joan Clos, qué pasa con la electrificación del AVE y qué plazos maneja el ministerio, como ha dicho Fernández Vara que va a hacer en los próximos días. Y es que resulta fatigoso el tener que estar, de tiempo en tiempo, tratando de aclarar por qué aquel informe dice que en el 2010 faltará este requisito, o aquel otro Presupuesto del Estado que dice que tal tramo no estará hasta más tarde de la fecha prometida. Porque con el AVE no pasa como con las autovías, que se aprovechan los tramos acabados aunque otros estén por empezar. Aquí cualquier factor que se pase de fecha arruina todo el compromiso.