La irrupción de varios encapuchados armados en los mítines de Batasuna ha sido una constante a lo largo de los últimos años. Formaba parte de la parafernalia con la que la banda terrorista ETA intentaba galvanizar a sus simpatizantes.

El primitivismo que anida en la raíz del movimiento que justifica el uso de la violencia en la lucha política se sentía estimulado por el ritual de las capuchas y la exhibición de las armas. Fest describe el éxtasis al que llegaban algunos jerarcas nazis contemplando los desfiles de los camisas pardas .

Desde esta perspectiva, la aparición este fin de semana en un acto público de Batasuna de varios encapuchados empuñando fusiles de asalto Cetme podría interpretarse como un acto más de esa telúrica retórica a la que tan dada es la gente de ese mundo que en una sorprendente manifestación de esquizofrenia combina la navegación por la red con el gusto por las concentraciones en los montes y el despliegue de gualdrapas con el arrano beltza , el águila negra, uno de los símbolos de aquellas guerras de banderizos entre oñacinos y gamboas que ensangrentaron las tierras de Guipúzcoa y Vizcaya en la Edad Media.

XPODRIA SERx un aquelarre abertzale más, de no ser porque precisamente este fin de semana se cumplían seis meses del anuncio de alto el fuego permanente declarado por la banda terrorista. Tener armas sin disponer de la oportuna licencia, es un delito y de ello debería tomar nota el señor ministro del Interior.

Que quienes dicen estar por llegar a un acuerdo para poner fin a la violencia hayan comparecido públicamente de la manera descrita permite conjeturar dos conclusiones. La primera es que han querido poner a prueba al Gobierno, mandándole un recado al señor José Luis Rodríguez Zapatero en el que le recuerdan que el tiempo pasa. Pasa y al no ver satisfechas algunas de las condiciones pactadas para el anuncio del alto el fuego , la otra parte se está impacientando. La segunda es todavía más inquietante: un sector, dentro de la banda, no estaría de acuerdo con el llamado proceso , la negociación con el Gobierno emprendida por iniciativa de Josu Ternera .

Siete disparos de Cetme --¿uno por cada uno de los territorios que según la invención de Sabino Arana forman la mítica Euskal Herría?-- pueden ser interpretados, ya digo, como un simple alarde o como un aviso. Inquietante aviso en este caso, para un solo navegante.

*Periodista