El Banco Central Europeo (BCE) mantuvo ayer su tradicional ortodoxia y se limitó a reducir los tipos de interés medio punto, hasta el 3,25%, medio punto más del que llevara a cabo el mes pasado esta institución.

Pero la bajada anunciada, aunque oportuna, es corta. Oportuna, porque se produce justo cuando las previsiones sobre la evolución de las economías europeas son más sombrías --muchas de ellas están en recesión o la rozan--, y la primera medicina para salir de ese pozo es abaratar el dinero.

Y también porque la reducción de tipos llega cuando la inflación va, por fortuna, a la baja, aunque sea por la contracción del consumo de las familias y de las empresas y por la drástica bajada del precio del crudo en los mercados internacionales, afectado también por la reducción de la demanda mundial, que dejan atrás los precios récord alcanzados en verano.

Pero la decisión de la institución que preside Jean-Claude Trichet se ha quedado corta, y así lo han señalado los mercados. Las principales bolsas europeas sufrieron ayer severos retrocesos --el Ibex, por ejemplo, perdió el 6,27%-- por dos motivos. En primer lugar, porque la bajada de tipos del Banco Central Europeo fue ya anunciada hace unas semanas por el propio Trichet, con lo que su efecto ya estaba descontado. De hecho, el Banco de Inglaterra fue ayer mucho más audaz al reducir su tipo básico un punto y medio. Y por otro lado, han pesado más las señales de que la profundidad de la crisis es mayor de la que se esperaba hace solo unas semanas, en parte porque sigue la inestabilidad en el sector financiero.

Las previsiones del Fondo Monetario Internacional son especialmente duras con España, pues hablan de una caída del Producto Interior Bruto (PIB) del 0,7%, frente al muy optimista 1% de crecimiento previsto por el Gobierno en los presupuestos.

Por lo demás, la bajada de tipos tiene para la microeconomía un efecto beneficioso, aunque aún tardará en hacerse efectivo: la reducción de las cuotas de las hipotecas.

La gran mayoría de los créditos hipotecarios concedidos en España toman como referencia el euríbor, que es el tipo de interés del dinero que se prestan los bancos entre sí al plazo de un año. Merced a la política monetaria del Banco Central Europeo, ese índice ha iniciado una tendencia a la baja, aunque momentáneamente bastante suave, que permitirá reducciones progresivas en las hipotecas de tipo variable que se revisen a partir del próximo 31 de diciembre. Algunos expertos calculan que el euríbor puede llegar al final del 2009 en torno al 2%, lo que supondrá un notable alivio para las familias españolas, muy endeudadas por la compra de viviendas.