Escritor

Me hago buzo de mí mismo, y trato de llegar a mis profundidades. No estoy igual de ánimo cuando cobro a principio de mes, que conforme avanza éste, y mis posibles económicos se van agotando. Esto se traduce al sueño de forma casi imparable. El comienzo del mes, es paralelo a un sueño reparador donde incluso llegas a soñar, con grandes espacios llenos de luz, con verdes praderas interminables, por donde corre el agua cristalina y crecen las madreselvas y los rododendros. Aprovechas esos días para ojear catálogos de automóviles inaccesibles, pero que te gusta observar que existen y lo mismo un día te tocan en una tómbola, o sencillamente por el placer de saber qué tienes, que otros lo disfruten, teniendo en cuenta, que después de mirar el correo electrónico todavía te quedan mil euros y sueñas que en cualquier momento te puede caer el cuponazo, o el coche misterio que rifa Botín todos los días. Pero conforme avanza el mes se ennegrecen las perspectivas. El quince te llega el recibo de ciento cincuenta euros, del vencimiento mensual del utilitario que pretendes llevar al desguace, pero que lo llevas pagando hace cinco años, y de pronto reconoces tu poquedad y tu miseria. Por otra parte has cumplido los sesenta, y no puedes pedir otro crédito porque debes un recibo de Retevisión por el que estás en las listas negras del ASNEF, de las que no se sale tan fácilmente, pese a pagarlo, pues todavía un año después tienen que penarlo. Alcanzado ya el día veinte y mermados tus créditos, dejas de dormir plácidamente, y esa noche sin saber por qué un aguilucho, muy parecido al de la bandera franquista te persigue por un descampado sin saber por qué, pero cuando te despiertas está desasosegado y sudando, sin poderte explicar ese malhadado sueño. Los días siguientes son horrorosos. El cielo azul con las palomas del PP ha desaparecido. Todo es ya chapapote. Miras Telefrontera y oyes a Martín Tamayo poner verde a Rodríguez Ibarra, cuando éste no necesita ayuda de nadie. Terminas por no entender nada hasta que el treinta y uno te llega la nómina.