El expresidente de la Junta, Juan Carlos Rodríguez Ibarra , ha dicho alguna vez que a Extremadura se la tiene en cuenta en los foros de discusión de asuntos de relevancia para la comunidad. Y lo mismo ha repetido en otras ocasiones el actual presidente, Guillermo Fernández Vara . Nunca he puesto en duda estas manifestaciones. Cuando alguno de los dos dirigentes regionales han alzado la voz en asuntos como la financiación autonómica, los ecos han llegado hasta el palacio de la Moncloa y los planteamientos de Extremadura se han escuchado y se han tenido en cuenta para que no saliese perjudicada en el reparto de los fondos.

Sin embargo, Extremadura ha contado poco para RTVE. En el pasado fue de las últimas regiones en incorporarse a la red de centros regionales de TVE. En la etapa de mayor negocio de la Radiotelevisión estatal, --cuando era monopolio, era rentable y ganaba dinero a mansalva--, el centro regional de TVE se creó en Mérida, porque el gobierno autónomo puso el edificio.

Con la reestructuración que se ha llevado a cabo en todo el grupo de RTVE, la gran olvidada ha sido Radio Nacional de España en Extremadura. La radio pública, que ha contribuido, junto a otros medios de comunicación, al asentamiento del hecho regional desde el inicio de la andadura autonómica, ha quedado reducida a emisora de segunda categoría o de tercera, si partimos de que el nivel o la categoría de una emisora lo da la plantilla, el número de personas que se ocupa de sacar adelante la programación diaria. Y en Extremadura, los trabajadores de RNE hacen los mismos minutos de programación que los de Andalucía, Cataluña, Galicia, País Vasco, Castilla-La Mancha, etcétera. Eso sí, en todas estas emisoras hay más personal, más trabajadores en las emisoras territoriales que en Extremadura, que tiene la cabecera de la programación regional en Cáceres. Frente a una ratio mínima de seis redactores, RNE-Cáceres cuenta con cuatro periodistas, incluido el director, que tiene que hacer de todo con esta exigua plantilla, además de cumplir con su papel de director. En este caso, no me refiero al personal técnico, que también es necesario para sacar la radio adelante.

En Madrid, conocen la situación de la emisora de Cáceres y algunos de los directivos que contribuyeron a su actual diseño o dimensionamiento, como gustan llamarlo, me reconocieron en su día que así poco se podía hacer y que no se podía funcionar. Lo llamativo de este injusto dimensionamiento es que todavía nadie lo haya corregido, a pesar de que el anterior director de RNE, Santiago González , se comprometió a remediar el entuerto de la Sepi, la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales, que encomendó la reestructuración de RTVE a una consultoría de Boston.

XCUANDO DESDEx aquí se ha reclamado o se reclama el mismo trato de igualdad que tiene el resto de centros territoriales, algún responsable de la Radiotelevisión estatal te suma a la plantilla de 4 periodistas de Cáceres los cuatro redactores que tiene asignados Mérida y los tres que tiene Badajoz (uno de ellos liberado sindical), a la que sólo le asignaron dos en la reestructuración. Es decir, que en las dos provincias de España más extensas, con más territorio, con más dispersión de la población, no se ha tenido en cuenta la dispersión geográfica a la hora de planificar la plantilla, sobre todo de la emisora territorial, que es la que tapa los huecos de personal y cubre muchos servicios exteriores, cuando las otras emisoras no pueden hacerlo. Precisamente el Gobierno central ha tenido en cuenta la variable dispersión para dotar a Extremadura con la financiación suficiente, que le permita llevar y nivelar los mismos servicios en todo el territorio.

De no hacerlo así, Extremadura hubiera sido discriminada y es lo que ha consumado la reestructuración de la Radio Televisión Española. La acción sindical ha impedido que en Mérida se consumase aún más la discriminación. La dirección de la cadena se ha visto obligada a reponer por decisión judicial el redactor que le habían quitado, esgrimiendo la situación de crisis económica. Pero esto no remedia la situación injusta que sufre RNE-Cáceres, la sede de la emisora territorial. No dispone de las mismas mimbres que el resto de centros territoriales. Los recursos son escasos para aquellos que tienen una dotación insuficiente. Siguen flacos y sólo la acción política y sindical les puede sacar de este adelgazamiento. RTVE está considerada como un servicio esencial . Y este servicio debe ser el mismo en todo el territorio. En Galicia, por ejemplo, la emisora territorial de RNE está en La Coruña y la capital autonómica en Santiago. Ambas emisoras tienen más personal que Cáceres y Mérida.

La España de las autonomías nació con café para todos, pero Extremadura toma descafeinado en materia de radio. Por lo visto, tener dos lenguas da derecho a tener dos o más bocas, aunque Ibarra dijera que en su momento que "tener dos lenguas no significa tener dos bocas", en referencia a Cataluña que se quería llevar la mayor parte de la tarta de la financiación.

(*) El autor es exdirector de RNE en Extremadura