Hay quienes consideran de su propiedad el discurso de lo social. Hasta lo firman ante notario. Pero, por sus hechos los conoceréis.

La historia demuestra que unos hablan de políticas sociales y otros las ponen en marcha. Así fue con la Ley de Renta Básica. Mil veces prometida en años socialistas, hasta que un gobierno del PP la puso en marcha dando respuesta urgente a los extremeños con mayores dificultades. Ese tipo de respuestas no necesitan promesas, sino voluntad y dotación económica.

En los PGEx16 el actual gobierno dedica 38 millones de euros a renta básica, cuando su promesa electoral era de 80 millones. Todo esto, con el dontancredismo de esa mayoría de facto, ese tripartito que sobrevuela los escaños de la Cámara. Una oposición fantasma, que parece no importarle lo que sucede con esta ley, sobre todo a Podemos que pedían cuatro veces más, y mucho me temo que se conformarán con infinitamente menos. Otra promesa incumplida de un gobierno que no cumple con su agenda. Y no se trata de números, detrás de cada cifra hay personas.

Desde el único partido de oposición en Extremadura pedimos hechos que se concreten en más empleo y gasto social. Pero, de momento, las cifras confirman la resurrección de políticas fracasadas y hechas a la medida del PSOE pero no de la sociedad extremeña, la gran olvidada.

En los últimos años se había conseguido poner en marcha un cambio de modelo de región, en el que el protagonismo lo había tenido la sociedad civil y el empleo venía de la mano de los emprendedores, de nuestras pymes y autónomos. Hoy Extremadura está volviendo al pasado. A los años 80 con estos presupuestos. Nula inversión, nada de innovación, nada de emprendimiento y ni rastro del apoyo a las pymes y autónomos. El resultado ya es conocido: más paro, más recortes sociales y menor crecimiento. También el BBVA ha previsto lo mismo en su esperado informe rebajando las previsiones de crecimiento de Extremadura para este año y para el próximo.

Como decía Serrat con estrofas de Machado : "...y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar". La que nos obligan a pisar ya la conocemos. No hay camino.