Las reliquias

España, la mayor cruz

Antonio Bertrán Buendía // Madrid

Sí, señor. No son los catalanes, o los vascos los que opinan que España es su mayor cruz, sino el rey Felipe VI el que lo ha confirmado con los hechos. Acaba de peregrinar devotamente al monasterio de Liébana, a besar el mayor trozo que se conserva en el mundo de la verdadera cruz de Jesús. La Iglesia católica ha hecho un loable esfuerzo por disminuir ciertas creencias que no tienen nada que ver con el Evangelio.

Reconociendo que era una leyenda pagana, ha borrado a san Cristóbal, quizá por encomendarse a un personaje más creíble, ha disminuido el número de víctimas del tráfico. Pero aún se insiste en venerar la Santa Sábana de Turín como la que envolvió el cadáver de Jesús, cuando se ha mostrado que fue fabricada catorce siglos después. En cuanto a reliquias, mejor pasemos la de un suspiro de la Virgen María o unas plumas del Espíritu Santo, cuyos detalles están documentados en internet. Pensar que se pudo identificar y conservar la cruz de Jesús, constituye un auténtico milagro, pero de auténtica credulidad más que de fe.