VENTA DE ARMAS

¿Se puede ser ético?

Miguel Fernández-Palacios Gordon // Madrid

El sistema capitalista es maquiavélicamente perverso poniéndonos en la disyuntiva de trabajo o bombas: unos se enriquecen con el negocio armamentístico, que siempre mata a inocentes, y los estados aparcan la ética por miedo a destruir empleos.

¿El dinero lo justifica todo? ¿Está por encima de la moral? Desde luego no es lo nos enseñaron nuestros padres ni lo que aprendimos en la escuela. «El fin no justifica los medios», nos decían. Bien, ¿entonces por qué continuamos vendiendo armas a Arabia Saudita?

Aunque empatizo con los trabajadores que ven peligrar sus puestos, también lo hago con las víctimas inocentes que morirán. Vender armamento a quien no respeta los derechos humanos, nos hace cómplices.

Y lo de Borrell y Celaá hablando de bombas de alta precisión que no matan inocentes, es un patético insulto a la inteligencia.

CONFRONTACIÓN

Sobre la intolerancia

Adrián Huertas // Barcelona

En este escrito no encontrarás argumentos a favor o en contra del independentismo o el unionismo. No quiero contribuir a la sobreinformación que hay sobre un tema que no tenemos claro si existe porque se habla de ello o se habla de ello por que existe.

En favor de no contribuir a etiquetar en una ideología u otra a agredidos y agresores, parafrasearé a Albert Rivera: «Donde unos ven independentistas radicales yo veo personas intolerantes» y «Donde unos ven unionistas fascistas, yo vuelvo a ver personas intolerantes». Que alguien agreda a alguien por la calle, ya sea un guardia civil, a un periodista o un hombre a una mujer extranjera en un parque de Barcelona, no es un problema de confrontación ideológica, es un problema de intolerancia.

De no saber soportar un lazo o una bandera española. No contribuyamos al conflicto escribiendo, grabando o compartiendo información que pueda llevar a la confrontación civil.