Carta parael señor Ibarra

Señor Ibarra, a los hurdanos no les pida usted nada, porque lo han perdido todo. Pide tranquilidad. ¿Tranquilidad? ¿Más aún? Llevamos varios días mirando como se acerca primero el humo denso y después el fuego sin que nada efectivo se haya hecho para detenerlo y apagarlo. Y con tranquilidad hemos evacuado el pueblo y las alquerías. Y con tranquilidad hemos llorado. Y con tranquilidad hemos vuelto a ver lo que ha quedado. Cuánto siento que haya interrumpido sus vacaciones por los fuegos. Mis abuelos jamás las tuvieron. Ni mis abuelos ni el resto de los hurdanos que tanto trabajaron para construir Las Hurdes.

¿Dónde están los olivos, los castaños, nogales, pinos,... que plantaron mis abuelos y todos los otros abuelos y bisabuelos?

Si tengo tranquilidad, cuando abra los ojos en mi tierra hurdana ¿podré ver otra vez el bosque, los frutales, los pequeños huertos...?

No pida nada. Dé un paseo por el entorno de Caminomorisco y demás pueblos hurdanos. Sobran las palabras.

Tranquilidad usted que sabe tiene ganados los votos de toda esta pobre gente desde hace veinte años. Tranquilidad para su gabinete de crisis y de incompetentes.

¿Y ahora qué? ¿Desde su tranquilidad va a solucionar todo? ¿Se van a pagar indemnizaciones? ¿Se va a reforestar toda Las Hurdes? Se va a tomar una solución para que esto no vuelva a suceder?

Pida ayuda al Gobierno central; necesita gente más competente para la formación de un gabinete de crisis que sepa dar soluciones adecuadas.

Luego, márchese de vacaciones con tranquilidad.MARIA AUXILIADORA DOMINGUEZ. Caminomorisco

Impotenciae indignación

Tras el caluroso fin de semana que hemos tenido en Caminomorisco, sólo me queda impotencia e indignación. Impotencia porque veo cómo arde el monte y cómo no se apaga. He visto avanzar el fuego desde las cuatro de la tarde, en las sierras de Pinofranqueado, hasta las ocho y media, hora en la que el pueblo de Caminomorisco huye despavorido del humo que lo oscurece. Impotencia cuando leo, veo y oigo que al día siguiente hay un gran despliegue de medios tanto aéreos como terrestres para sofocarlo (después de burro muerto la cebada en el rabo). Siempre he oído que más vale prevenir que curar. Esto me hace dudar de la eficacia de los altos cargos coordinadores. Estoy en el pueblo, al lado de un camión de bomberos, y la emisora, será coordinación, los manda a otra zona. Aún no se han desplazado, vuelve a sonar la emisora y les dicen que ya no vayan. Al rato otra vez que sí, así no puede trabajar nadie.

Hace 23 años que se quemó esta misma zona (Alavea y La Suente). No había bomberos. Ahora sí los hay, ¿de qué no sirven? No los culpo, cumplen órdenes. Me indigna leer en vuestro periódico que un alcalde diga, y cito literalmente, "los hurdanos somos duros y vamos a salir de ello con todos nuestros esfuerzos y los apoyos prometidos (¿)" ¿Qué remedio nos queda? Como siempre resignación. Sí, somos duros, a la fuerza ahorcan. Se nos han quemado colmenas, olivos, pinos, cerezos, vides, pastos, jardines. ¿Qué nos queda? ¿Y cómo se atreve a decir el consejero de Desarrollo Rural que el monte público está limpio? Hablaba en presente, hablaba el día 17, porque yo he visto hace unos días el arroyo de la Alavea y no me dio esa impresión.

Por último sólo me queda felicitar a esos héroes que fueron aquellas personas que, aún con riesgo de asfixiarse, se quedaron en el pueblo y gracias a sus esfuerzos lograron que el fuego no llegara a las viviendas.MARíA MAR GOMEZ GOMEZ. Caminomorisco