TTtami Silicio nos ha acercado a la estética de la muerte. Fotografió ataúdes de soldados norteamericanos y perdió su trabajo.

La constancia de la muerte está prohibida para los soldados propios; están entrenados para matar, no para morir. Los norteamericanos pueden desayunar con niños palestinos aplastados por tanques israelís. Pero un féretro con la bandera estadounidense es para la sociedad norteamericana una emoción insoportable, hasta el punto de convocar preguntas donde sólo había silencios.

A esta guerra le faltan todavía muchos féretros por ser fotografiados.

La pregunta, ahora, es, ¿cuántos ataúdes envueltos en banderas norteamericanas puede soportar la opinión pública, ahora que se han cerciorado, gracias a unas fotos, de que éstos existen?

*Periodista