Cójase una formación humanística sólida en un buen colegio barcelonés y un ambiente familiar de talante inquieto. Mézclense con unos estudios de cine en la Escuela Municipal de Medios Audiovisuales y una formación ulterior en centros especializados de Nueva York. Agítese todo con unas aptitudes para la creación artística en lo musical, en lo literario y en lo cinematográfico, y obtendremos un producto profesional y humano de la calidad de Francesc Cesc Gay (Barcelona, 1967), director y guionista de En la ciudad, la película acabada de estrenar y que trata de los problemas cotidianos de los jóvenes treintañeros urbanitas y de diseño.

Estudiando en Nueva York y trabajando a ratos de carpintero, conoció al argentino Daniel Gimelberg, con quien escribió y dirigió el largometraje Hotel room --la historia del Harlem hispano en una habitación de hotel--, con el exiguo presupuesto de tres millones de pesetas de las de 1995. Pero fue en el 2000 cuando Gay se vio catapultado, gracias a Krámpack. El Festival de Cannes le concedió el Premio Especial de la Juventud, pese a que Gay siempre ha dicho que aunque era una película de jóvenes no estaba dirigida a ellos. Claro que tampoco estaba orientada al público homosexual y, sin embargo, el colectivo gay la hizo suya.

Y en ésas estamos: el joven Cesc ya es más realidad que promesa.