WLwas palabras se las lleva el viento y eso es justamente lo que ha pasado con la promesa de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi) de destinar una cantidad "inicial" de tres millones de euros a subvencionar la creación de nuevas empresas en el norte extremeño para compensar los cierres de fábricas de Cetarsa en el 2002. Hasta el momento poco se ha hecho para compensar a esta zona por el cese de actividad en los centros de Plasencia, Jaraíz de la Vera y Jarandilla, un debe que hay que apuntárselo tanto al PP (que gobernó en Madrid hasta el 2004) como al PSOE (que ha gobernado en los últimos dos años). La puesta en marcha de una única empresa desde el 2002, con un empleo generado, es un resultado insuficiente si se tiene en cuenta que la empresa pública Cetarsa prescindió de casi 300 trabajadores.

Nada se sabe de una fábrica de puertas que se iba a montar en Plasencia, ni de un campo de golf, ni de una empresa de comercialización de setas, ni de un geriátrico, proyectos todos que la Sepi anunció en su día pero de los que no se ha vuelto a tener noticia cuatro años después. Demasiado tiempo como para pensar que las promesas realizadas entonces por los responsables políticos tuvieran una base consistente.