Hace solo unos días nos reuníamos en Avignon (Francia) representantes de poderes locales intermedios de la mayoría de los países pertenecientes a la UE para constituirnos en una confederación que lucha y trabaja por lo local, por lo cercano a los ciudadanos y ciudadanas, por la igualdad de oportunidades entre ellos.

Tal y como quedó demostrado en el encuentro, los representantes de los poderes locales intermedios teníamos y tenemos muy claro que la igualdad debe venir desde la cohesión territorial, esa cohesión por la que las diputaciones, junto a otras administraciones locales, regionales o nacionales trabajamos día a día.

Pensamos que todas las políticas de la UE: Educativa, Sanitaria, de Infraestructura, etcétera, deben converger en políticas de cohesión territorial entre continentes; los más ricos como Europa trabajando codo a codo con las más pobres como Africa o Asia, entre países, entre regiones, entre provincias, entre comarcas y entre municipios.

En este camino de unir esfuerzos y cuando la mayoría estamos trabajando cada día por la igualdad desde la solidaridad entre los territorios, unos cuantos, pocos, se inventan las llamadas balanzas fiscales que no son otra cosa que unos datos que dicen medias verdades y como siempre, las medias verdades son grandes mentiras.

En las balanzas fiscales los que tributan no son los territorios como constantemente se nos está dando a entender. En las balanzas fiscales quienes tributan son las personas y las empresas y con la misma cantidad en función de nuestras ganancias y en función de donde tenemos nuestra sede fiscal, no de donde ejercemos nuestra profesión o actividad industrial. Esto supone que empresas que operan en Extremadura y consiguen sus beneficios en nuestra tierra, tienen, sin embargo, su domicilio fiscal en otra comunidad, generalmente Madrid, Cataluña o el País Vasco y es por tanto en ellas donde realizan su declaración fiscal. Se trata, en la mayoría de los casos, de grandes empresas que inclinan las balanzas fiscales a favor de una y otra comunidad autónoma. Por otro lado tenemos que reprochar la insolidaridad de estas regiones que intentan, en base a las balanzas fiscales, quedarse no solo con los beneficios que se generan en su región sino también con lo que se genera en otras comunidades autónomas como Extremadura.

Por todo ello creo que es importante que los poderes locales intermedios a los que me refería en el comienzo de mi artículo, continúen trabajando y llevando nuestro mensaje a otras administraciones: la imperiosa necesidad de establecer una sólida cohesión territorial porque ello significa cohesión social y por tanto igualdad entre todos los ciudadanos con independencia del país, la región, la comarca o el municipio en el que habitan.

*Presidente de la Diputación de Cáceres.