TQtué duda cabe que la enseñanza en el medio rural extremeño debería ser valorada, considerada y reconocida por la Administración educativa de nuestra comunidad en un grado mucho mayor. Los maestros itinerantes están empezando a hartarse de las interpretaciones (más que actuaciones) hipócritas y demagógicas de los responsables educativos cada vez que realizan manifestaciones en público, sobre todo ante los medios de comunicación, diciendo que la ruralidad y la dispersión poblacional de nuestra región obliga a apostar inequívocamente por ella. Hechos son amores y no buenas razones.

Los colegios rurales agrupados de Extremadura constituyen la estructura básica de la formación en el ámbito rural. Integrados por aulas ubicadas en los diferentes municipios, en la región disponemos de cuarenta colegios rurales, que incluyen ochenta y cinco centros incompletos (con cinco o menos unidades) y más de siete mil alumnos.

Gracias al esfuerzo y a la profesionalidad de los maestros destinados en este tipo de centros, se ha superado el aislamiento secular que padecían muchos pueblos de nuestra comunidad.

Especialidades como Infantil, Primaria, Educación Física, Inglés, Pedagogía Terapéutica y Audición y Lenguaje, se imparten en todos los centros rurales de nuestra geografía y llegan a todos los niños extremeños. Son los maestros quienes realizando múltiples y arriesgados desplazamientos por carreteras buenas, menos buenas, pistas forestales y hasta cañadas, hacen posible ese gran reto de ofrecer una educación equitativa y cualitativa a todos los alumnos.

Desde comienzos de curso los maestros itinerantes se muestran contrariados ante la dejadez y desconsideración de los responsables educativos, que lejos de facilitarles la labor, obstaculizan su trabajo con actuaciones cicateras.

CSI-F tuvo que exigir a la consejería que antes de modificar las rutas de los centros, tratando de ahorrarse cuatro euros, explicasen a todos los interesados y por supuesto a este sindicato, qué criterios habían seguido para establecer las nuevas rutas. En un principio pretendían que viajaran por carreteras secundarias (algunas de ellas con riesgo evidente de accidente) habiendo carreteras mejores y, lo más importante, más seguras.

Resuelto este problema, repito que creado exclusivamente por la consejería, recibimos una nueva queja de los compañeros itinerantes de la provincia de Cáceres: desde octubre de 2008 no cobran los desplazamientos; es decir, están adelantando el dinero. Volvemos a la carga y el director provincial nos promete que ya ha dado la orden de pago.

Por supuesto que los maestros han seguido acudiendo a su trabajo; los niños no son los culpables de la incompetencia de algunos responsables educativos. Mientras, los políticos siguen con el chau chau, mitin tras mitin, emisora tras emisora.

*Presidente Autonómico CSI-F Enseñanza.