Todos los días en cuanto tengo un hueco, lo primero que hago es leer la prensa a través de internet desde la izquierda más radical a la derecha más reaccionaria después, cuando un titular llama mi atención la noticia completa y los comentarios. El Periódico Extremadura me sorprendía "El escudo preconstitucional del monolito de Colón se quita hoy" ¿apenas las diez de la mañana y más de cuarenta comentarios de ambos bandos ? ¡Qué revuelo!, pensé. Así que, me sacudí la pereza y encaminé mis pasos a tan histórico acontecimiento a pesar de que llovía bastante.

Siempre que veo descolgar o retirar cosas por muy feas que sean no puedo evitar un recuerdo para el autor. Si lo hizo con gusto y se sintió orgulloso del resultado, cobró su justo valor o lo hizo a la fuerza obligado por las circunstancias. Toda obra tiene un padre, orfebre, carpintero, cantero, pintor o escultor y le ha dedicado un tiempo. Es en lo único que pensaba esta mañana cuando veía el cambio, quién sería el autor de aquel escudo y cómo fue su vida.

He visto después la fotografía publicada en este mismo medio, un primer plano de los dos operarios que en poco tiempo cumplieron la misión. No se crean, si ampliamos el ángulo veríamos a toda la gente allí congregada, cuatro, que presumo sería la delegación municipal, un cámara de TV y una lucha encarnizada entre mi bolso, el paraguas y la cámara de fotos. Está visto que ahora las manifestaciones se hacen bajo techo y se protesta cómodamente desde el sillón sin necesidad de mojarse o pasar frío. Igual ya estamos preparados para reemplazar la Cruz de los Caídos por una hermosa, cristalina y refrescante fuente.

M. Isabel Palomino Suero **

Cáceres