THtemos sido testigos de varias manifestaciones delante de la Dirección Provincial de Educación de grupos de padres. También hemos leído escritos en los diarios y hemos visto, en diferentes crónicas, reflejadas sus demandas.

Hasta aquí todo normal, pero ¿qué pedían? Que sus hijos siguiesen en el centro educativo del curso anterior. También normal. Entonces ¿a qué venía tanto barullo? Pues se quejaban de que las plazas ocupadas por sus hijos podrían ser ocupadas por otros... ¿¡¡¡? Y ¿a qué se debía esto? En un principio podíamos pensar que a un desaguisado más de la referida Dirección Provincial de Educación....

Informados más detalladamente del caso, resulta que la nueva situación se debe a dos cuestiones: la primera y principal, a que su centro se ha acogido voluntariamente a un convenio con la Junta de Extremadura para que la enseñanza en el nivel educativo de infantil (de 3 a 6 años) resulte gratis, es decir, la Junta pague todos los gastos de esa etapa educativa.

En segundo lugar, al hecho de que en sus clases había hasta ahora más de 25 alumnos, número máximo impuesto por la Junta si quiere recibir la subvención.

El que se hayan acogido voluntariamente al convenio de gratuidad lleva, como contrapartida, el aceptar que el ingreso en el centro se haga mediante un baremo público (que puede ser discutible, pero es el que se viene aplicando en todos los centros públicos o concertados). Y he aquí el problema, al aplicar el baremo hay alumnos que se colocan delante de sus hijos y, por lo tanto, algunos de ellos se quedan sin plaza. Esto, unido al límite de 25 plazas que con el objetivo de mejorar la calidad de la enseñanza, exige la Junta es, según dicen, el origen del problema.

En definitiva, que estos señores quieren, o al menos su centro lo ha firmado, por un lado los beneficios de la gratuidad y por otro, conservar los privilegios que disfrutaban cuando pagaban, haciendo del centro un coto privado.

Los que defendemos la enseñanza pública de calidad, y en la Etapa Infantil tenemos mucha calidad en la pública, nos parecen una barbaridad estos convenios. La subvención a la concertada, no puede ser justificada como medio para conseguir el objetivo de la llamada "igualdad de oportunidades" o cosas por el estilo.

Las últimas investigaciones desarrolladas en países europeos demuestran que la "elección" de centro no se basa en criterios como "distinta visión del mundo", "ejercicio de libertad"... o argumentos que tantas veces escuchamos, sino en criterios de prestigio social, evitar malas compañías, separación por niveles sociales o causas raciales.

Así que, mientras la enseñanza pública siga con necesidades, y tiene muchas, nos parece que los impuestos de todos no deben emplearse para subvencionar al que más puede. Esto sirve para aumentar las diferencias sociales y la marginación galopante de nuestra sociedad. Esta vía de invertir los fondos públicos en las capas más favorecidas, que sigue los postulados del neoliberalismo, nos parece el camino más directo para seguir aumentando las desigualdades y por lo tanto las injusticias. Y encima nos encontramos con las manifestaciones de protesta que, no sólo carecen del sentido cristiano del que presumen sus defensores, sino, ni siquiera, de la más elemental justicia.

*(El grupo afilalápiz esta integrado por docentes de Centros Públicos de Educación Infantil, Primaria y Secundaria)