XSxupongamos que usted es entrenador de fútbol y el equipo va camino de descender de categoría. Como de los árbitros no puede tener queja dice enfáticamente: "Tengo la conciencia tranquila". Pero la gente es muy mala y alguno le pregunta: "¿Oiga, a usted se le contrató para que el equipo ganara partidos o para que tuviera la conciencia tranquila?". Pudiera ser que usted se dedicara a la noble profesión de la medicina. Por un error se le muere un paciente. Los familiares del difunto exigen explicaciones y usted contesta: "Tengo la conciencia tranquila". ¿Significa eso que el muerto va a resucitar?

No me extrañaría que fuera usted presidente de los Estados Unidos de América porque si lo ha sido Bush no sé por qué no lo va a ser usted que es tan listo como él o más. Declara una guerra innecesaria, con engaños, a causa de la cual fallecen miles de personas. Como no puede culpar a los servicios secretos echa mano de su conciencia. "Pues yo tengo la conciencia muy tranquila", en inglés naturalmente. Conocida esa afirmación ¿se sentirán recompensadas las madres de los soldados muertos? Mucho más fácil es que usted resulte elegido diputado en las listas de algún partido político. Esto es una prebenda de incalculables beneficios pues no se sabe qué efectos causa un acta de diputado que algunos de ellos nos amenazan con votar de acuerdo con su conciencia. Pero, oiga señoría, que yo le he votado para que ponga en práctica un programa político no para que me dé una paliza de moralina. Usted confórmese con trabajar para que no se dispare la inflación y deje que yo me ocupe de mi alma y su destino y no me venga con amenazas de cornudos rabilargos ni me aventure una temporada tostándome en el fuego eterno. ¡Oh padre de la patria!, ¿qué privilegios tiene su conciencia para pretender erigirse en norma objetiva de comportamiento? ¿Es que en el duro y oneroso momento de apretar un botón para votar su conciencia ha recibido la inspiración de todos los dioses y puede usurpar el lugar de las conciencias de los demás? Porque lo que usted me está diciendo es que nos va a obligar a comportarnos de acuerdo con su conciencia. Hombre, no. Eso se avisa antes pues ¿quién me dice a mí que su conciencia está bien formada? Y, además, en último término, ¿quién me puede asegurar que usted tiene conciencia? No ilustrísimo señor, no. Usted está ahí para propiciar una legislación que garantice las libertades de los ciudadanos y les permita elegir el camino que consideren más adecuado para alcanzar la felicidad.

Pero no trate de imponer su concepto de felicidad ni determinar la manera de alcanzarla, que ya somos mayorcitos y cada cual sabe lo que quiere. Que le veo venir y es capaz de convertirme en un reprimido y frustrado súbdito. Para llevar a cabo su trabajo no es necesario apelar a la conciencia. Más aún, es perjudicial, porque la conciencia es un juez subjetivo, individual, y usted ha de gobernar para la totalidad. De manera que no me venga con milongas.

Olvídese de la conciencia y practique la racionalidad. ¿Cuántos asesinos en serie, ladrones y violadores duermen con la conciencia tranquila?.

En fin, señor mío, usted tendrá la conciencia todo lo tranquila que quiera pero no ha sabido gestionar un equipo de fútbol, ha cometido un grave error médico, ha tomado decisiones políticas imprudentes, ha intentado imponer su criterio. Por lo tanto, estudie, prepárese, pues de lo contrario no le contrataremos, no le enviaremos enfermos, no le votaremos. Eso sí con la conciencia muy tranquila, por si le sirve de consuelo.

*Profesor