Médico

Cierto que no es el verbo fácil el punto fuerte del alcalde de Cáceres, pero de eso a que hable chino y con ello crear confusión, como hace unos días le atribuían, va un abismo. Creo que sus manifestaciones no son más que el intento de sensibilizar a las autoridades sanitarias y evitar en lo posible la pérdida de recursos para su ciudad. Han sido criticados los datos de camas, quirófanos, etcétera, que aporta, pero no son más que fiel reflejo de lo publicado en el Plan de Salud de Extremadura 2001-2004. Claro que en el futuro, de no hacer esto, puede que alguien se atreva a insinuar su falta de reivindicación --caso del Cimov, Banco de España...-- o en demanda de la autovía de Cáceres a Badajoz. En un futuro, los cacereños iremos a Badajoz por Mérida, y a Madrid por Plasencia, diez minutillos más sin importancia y además no molestaremos a los cervatillos de la Sierra de San Pedro.

Lo comentado puede ser tildado de confuso, pero confuso es todo lo expuesto estos meses sobre el nuevo hospital de Cáceres: 150 camas y uso materno infantil; 2,5 hectáreas y 8.000 millones de presupuesto. Posteriormente 300 camas. Recientemente, según la candidata socialista al ayuntamiento, entre 450 y 500 camas, 15 hectáreas, el mismo presupuesto y la posibilidad de ampliación. Abundando en todo ello, nuestras autoridades sanitarias hablan de 535 frente a las 516 en uso. Y otra confusión, perdón confesión: los responsables de la empresa que elaboran el borrador del plan funcional dudan de la viabilidad del proyecto que están elaborando, pero eso son cuestiones técnicas.

Suponemos que pasado el sarampión electoral y en beneficio de la sociedad cacereña, todo vuelva a su cauce normal.