Abogada

Como ciudadana, pido perdón a todas las víctimas del terrorismo. A los terroristas, una vez más, mi mayor grado de intolerancia. He sido testigo del desprecio y la chulería de los terroristas hacia las víctimas y sus familiares en la Audiencia Nacional. Una vez, incluso, la mirada era tan insistente, que la hija del, en este caso secuestrado, tuvo que marcharse ante la intimidación provocada por el propio verdugo, e incluso por los familiares de los verdugos, que siempre están presentes en este escenario llevando a cabo la prolongación despiadada del proselitismo terrorista. Eran miradas infranqueables de intolerancia y de militarismo violento. Dirigidas, siempre, a amedrentar a nuestra sociedad.

Cuando la lucha antiterrorista estaba fructificando, aparece un espontáneo dispuesto a salvarnos , o quizás a salvarse. Porque lo importante aquí es saber cuál ha sido la contraprestación prometida por Carod, aquella que, según la banda terrorista ETA, --según comunicado--, convierte a Cataluña en zona libre de agresión terrorista.

Se debe tener mucho cuidado con jugar a atraer hacia el sistema a los que lo dañan sistemáticamente, obviando el grave error de convertirlos en interlocutores políticos. Ahora toca saber cuál ha sido la promesa realizada por Carod, un dirigente con responsabilidades de gobierno, que ha sido capaz de arrancar a ETA la promesa más repugnante: salvar a parte de sus víctimas por su ubicación geográfica. Esto ratifica la pasta de la que están hechos estos asesinos. El problema grave está en que Carod Rovira se ha entrevistado con ETA porque, quizás, crea que el filibusterismo nacionalista que practica tiene algo que ver con los planteamientos predicados por ETA.