Anoche, la televisión y radio autonómicas difundieron el primer debate entre los candidatos de los tres partidos mayoritarios que aspiran a presidir la comunidad los próximos cuatro años. No es necesario echar mano de retóricas ni impostar la voz, pero es preciso decir que ese encuentro sencillo en su desarrollo, esa discusión abierta y con la única intermediaria de la periodista conductora del programa entre Guillermo Fernández Vara, Carlos Floriano y Víctor Casco, fue un momento para la historia política extremeña. Debatir durante más de una hora sobre los asuntos acerca de los cuales los ciudadanos van a decidir su voto el próximo 27 ha sido un gran servicio que han hecho a los votantes los dos medios autonómicos y los tres candidatos, aunque los de otros partidos se sientan excluidos porque no han sido llamados a la discusión.

Porque con independencia del resultado del debate, de las preferencias de cada uno sobre un candidato u otro, o sobre los méritos y deméritos en la exposición y defensa de sus ideas por parte de cada cual, por encima de todo eso, lo importante es que hubo debate. Y solo por esa razón ya fue un debate excelente. Porque debe ser entendido como el que ha abierto camino. El de ayer es una ocasión para pedir que tiene que ser el primero, que inaugura la larga y ya para siempre cotidiana lista de debates electorales, autonómicos y municipales. No hay razones para no debatir. El PP, que se ha negado a mantener debates en las ciudades que gobierna, ¿podrá sostener esa negativa después de que ayer su candidato autonómico tuvo la oportunidad de hacer llegar su mensaje a toda Extremadura?