TFtue hace poco. La asociación cultural Proyecto M , de Zarza de Granadilla, que tanto está haciendo por levantar el pulso sociocultural de la comarca, nos había invitado a disertar sobre la Recuperación de la Memoria Histórica . Allá que fueron, también, mis buenos amigos Julián Chaves Palacios y Cayetano Ibarra Barroso , involucrados hasta las cejas en esa fraternal recuperación.

Zarza de Granadilla fue muy castigada, en aquel fatídico verano del 36, por el terror fascista. Uno de sus vecinos, que estaba en la sala como oyente, embargado por la emoción, ofreció dinero con tal de que, antes de morirse, pudiera ver una minúscula astilla ósea de un tío carnal suyo, torturado y acribillado a balazos por las huestes franquistas que se levantaron contra el legítimo y constitucional gobierno de la II República. Luego, nos diría que a su familia le habían prohibido llorar a sus muertos.

Hoy, los nietos de aquellos que defendieron las Libertades y la Democracia, se han prestado a recuperar los huesos de sus abuelos. Durante 40 años de tinieblas y de sevicia no se pudo derramar una lágrima por ellos, mientras que se vertieron raudales por los caídos en el bando de los golpistas.

Pero hay gente que tiene miedo a nuestras lágrimas y se escudan en que no es bueno abrir viejas heridas. Son los de siempre: la derecha reaccionaria, la misma que, ahora, le niega un póstumo homenaje a Julián Grimau. Tal vez en su subconsciente está adherido el amarillento cliché de otras derechas que auparon al general Franco y permitieron o participaron en aquella ola de luto y sangre que se cebó sobre nuestros pardos pueblos.

No buscamos revanchismos ni homenajes. Sólo queremos llorar a nuestros muertos.

*Profesor