Hace poco más de una década, pude visionar el documental titulado La pesadilla de Darwin, en el que mostraban los efectos dañinos que, para la población y el medioambiente de la zona donde está situado el lago Victoria en Tanzania, tuvo la pesca industrial de la perca, una especie introducida por las manos del hombre que trajo consigo abundancia económica para una minoría foránea y pobreza para gran parte de la población nativa.

Guardando la distancia entre el sector de la pesca y el del mercado inmobiliario, hay datos sobre la especulación brotada en los últimos años alrededor del alquiler de la vivienda que no invitan al optimismo, pues los inflados beneficios generados a corto plazo para satisfacer la gula lucrativa contribuyen a ahogar las perspectivas de buena parte de la ciudadanía.

El desarrollo general no se pinta con un par de colores, sino empleando una paleta rica en tonalidades.

mariano rajoy

El secreto del registrador de la propiedad

Miguel Fernández-Palacios

Madrid

Rajoy deja el acta de diputado y reingresa como registrador de la propiedad. Pedazo de titular.

Escarbemos en el notición para tratar de descifrar el enigma: En 1998, siendo Rajoy ministro de Aznar, se reformó el Reglamente Hipotecario y se confeccionó un artículo ad hoc para que pudiese conservar su plaza indefinidamente. Siendo Presidente del Gobierno pretendió que la llevanza del Registro Civil, que gestionaban funcionarios públicos, fuera encargada a los registradores de la propiedad y, en 2015, los registradores añadieron una nueva tajada a su abultada remuneración con la tramitación de los expedientes de nacionalidad. Parece que Rajoy, en su gestión del poder, se ocupó mucho de su futuro y el de sus dos hermanos, también privilegiados registradores de la propiedad. Con tan perseverante empeño, como para no reingresar.

precisión del lenguaje

Migrar, emigrar e inmigrar

Miguel Ángel Loma

Sevilla

Ultimamente, se está expandiendo la moda de denominar migrantes a los que desde siempre se les había llamado emigrantes o inmigrantes. Pero, ¿tienen estas palabras el mismo significado?

Si acudimos al diccionario de la RAE, migrante es quien migra, emigrante quien emigra e inmigrante aquel que inmigra. Migrar es trasladarse desde el lugar en el que se habita asiduamente a otro lugar diferente; emigrar es abandonar el propio país para establecerse en otro en el extranjero, o abandonar la residencia habitual en busca de mejores medios de vida dentro del propiopaís; y, finalmente, inmigrar es llegar a un país extranjero para radicarse en él, o bien instalarse en un lugar distinto de donde se vivía, dentro del propio país, en busca de mejores medios de vida.

Por lo tanto, las palabras emigrante e inmigrante sí que vienen a significar prácticamente lo mismo, según la perspectiva del que se va o del que llega; mientras que el vocablo migrante ofrece una sustancial diferencia: aquellos que abandonarían su hogar buscando unos mejores medios de vida; y los migrantes se trasladarían a vivir a otro lugar diferente sin más.

Si denominamos migrantes a todos, estamos perdiendo precisión en el lenguaje al omitir la finalidad fundamental que impulsa a unos y otros a abandonar su país o lugar de residencia. Y salvo ocultas razones, no parece que por generar mayor confusión terminológica se ayude en algo a arreglar este grave problema.