TRtecuerdo a Teddy Bautista cuando era el líder melenudo de los Canarios, un grupo cutre de pop español que cantaba en inglés Get on your knees. Ahora Teddy es el calvo capo de una sociedad trincona: la SGAE, que dice defender en castellano los derechos de autores y editores imaginando múltiples modos de utilizar la genialidad de los otros para llenar sus arcas. Y es que el robo de la propiedad intelectual deparó durante mucho tiempo historias picarescas. En las largas tardes de teatro del Siglo de Oro operaban unos curiosos personajes: los memorillas que acudían a las representaciones de Lope de Vega y eran capaces de aprenderse las obras en una tarde. Luego las revendían a los llamados autores, que no eran los escritores -estos se llamaban poetas-- sino los empresarios. De siempre hubo desvergonzados que se aprovecharon del genio ajeno. También dicen que Shakespeare se aprovechó de Marlowe y que este nunca le cobró. El propio Zorrilla odió siempre a su Tenorio, porque sumido en la vejez y en la pobreza nunca vio un duro por las innúmeras y exitosas representaciones de su sinvergüenza rompecorazones. Sin duda para remediar todas estas injusticias Teddy y sus muchachos del canon pretenden ahora cobrar hasta por contemplar las geniales creaciones del rupestre pintor de Altamira. Me cuenta Antonio Villalobos que cuando se pasó por primera vez Lo que el viento se llevó por Televisión Española, hubo que pagar cuatrocientos millones de los de entonces a la productora. Teddy se lo ha aprendido bien y sostiene que no se trata de ser simpático sino eficiente defendiendo los derechos de sus asociados. Calderón hace mucho que se ganó el laurel de Apolo y no precisa de los buenos oficios de Teddy pero yo no duermo pues si recuerdo ahora que poderoso caballero es don dinero puede que la SGAE y sus muchachos vengan a cobrarme. La actriz que va a representar en Zalamea el papel de Isabel, la hija deshonrada de Pedro Crespo opina sobre la ocurrencia de marras: "en una palabra, un desacato". Pues eso.