A pesar de estar abajo, muy abajo, en los principales marcadores económicos, Extremadura comienza a palpar de cerca lo que supone subirse al carro del crecimiento económico y del bienestar. Y todo ello pese a aristas tan punzantes como viene a ser nuestra endémica tasa de paro. Ejemplos recientes, muchos. ¿De qué manera se explica si no que la deuda familiar disponible se haya duplicado en los últimos ocho años? Y otra. ¿Por qué los precios de la vivienda usada se disparan en las principales ciudades extremeñas, hasta seis puntos por encima de la media nacional? Todo tiene explicaciones. Entre ellas, la constante bajada en los tipos de interés, que alimenta la sensación de seguridad financiera en los hogares. ¿Hándicap? Los extremeños ahorramos cada vez menos.

A nadie debería extrañar a estas alturas la imputación de un concejal, en este caso, Francisco Javier Castellano , por parte de un juzgado cacereño a cuenta del lío de la adjudicación del negocio del hípico a determinado grupo empresarial. Era hasta previsible, habida cuenta de los argumentos de la querella. Lo inusual, y a la vez difícil de digerir, es que esa acción arrastre al alcalde, Saponi , hasta un juzgado de instrucción.