Como mujer que he estado compartiendo vida laboral más de 42 años con la vida doméstica, me siento halagada desde que se instauró el Día de la Mujer Trabajadora.

Soy una defensora de los derechos humanos sin distinción de sexos y es por lo que no me cuadra tanto boato y celebraciones.

Verán, provengo de una familia adelantada en su tiempo, en la cual el papel de la mujer ha sido un referente en mi vida para seguir su ejemplo. Mi abuela materna estuvo al frente del negocio familiar en la pastelería-repostería en Trujillo (Cáceres). Mi tía abuela, en mi caso madre por haber ejercido como tal desde los 4 años, estudió Magisterio y llegó a dirigir el Grupo Escolar Femenino en Valencia de Alcántara (Cáceres). Mi querida madre, aunque cargada de hijos, también ejerció toda su vida como maestra. ¿Cómo creen ustedes que debo celebrar el Día de la Mujer Trabajadora?, sinceramente, para mí es un día como tantos otros.

Me da lástima de tantos hombres, cuya jornada es de sol a sol. El obrero asalariado y discriminado por un jefe de obra, que en muchos casos practica la ley del embudo. El trabajador de hostelería, desde el fregaplatos hasta el maitre. Los trabajadores de los medios de comunicación, que la noche se les viene corta para que pueda salir en portada o en antena la noticia de última hora . El ejecutivo normal y sin convenio, que en los tiempos actuales no sabe cuál es su horario por aquello de la dedicación exclusiva . Y tantos otros que me dejo atrás y que también están infravalorados.

Alguno de los oficios relatados no tienen ni puentes ni vacaciones concretas, se pillan unos días según le vayan las cosas.

Esto no quiere decir lo que supone para mí el trabajo de la mujer, pero hay que tener en cuenta la importancia de la figura del hombre como trabajador.

M. Victoria Leyte de Dios **

Madrid