Ayer, día 13, el número tres fue gafe en la región. Un menor de esa edad falleció ahogado en una piscina particular de la localidad cacereña de Torre de Santa María. Al parecer un descuido de la familia originó la tragedia y todo el pueblo se volcó con los padres y con su inmenso dolor. Pero también fue dramático ver cómo un niño de tres años tuvo que ser ingresado en el hospital de Plasencia con síntomas de intoxicación etílica. El menor aprovechó el descuido de los padres en la feria para ingerir nada menos que litro y medio de cerveza.

Sin ser un desastre, al menos sí se puede calificar de decepcionante la participación en las procesiones del Corpus de ayer en la región. Esta tradición, tan arraigada entre los católicos extremeños, parece ir en declive a la vista de la escasez de público y de jóvenes ataviados con el traje comunión. Aunque los políticos y el clero participaron activamente en los actos programados, se echó en falta la implicación de los vecinos, que al contrario que en otras ocasiones, no engalanaron las calles para hacer más lucido el paso de la Custodia. La propia Iglesia espera que para el año que viene la afluencia de extremeños vuelva a ser la de años anteriores y que lo ocurrido este año sea algo anecdótico .